En entrevista con Review Energy, el director de Asealen, Raúl García, augura un futuro prometedor para el almacenamiento energético en España de cara al 2024. Desde la integración del almacenamiento en el autoconsumo hasta el mercado de capacidad en proceso con la Comisión Europea, García identifica oportunidades clave para el crecimiento del sector.

Para el sector del almacenamiento se anticipa un impacto económico sustancial, acelerando la descarbonización del sistema eléctrico y fomentando la competitividad con precios bajos en momentos de alta generación de energía renovable. De esta manera, según García, se “permitirá acelerar el objetivo de un sistema eléctrico descarbonizado o con bajas emisiones”. Además, destaca el potencial de las fábricas de baterías y proyectos de almacenamiento energético para impulsar el empleo y el desarrollo sostenible en el país.

De cara a los desafíos para el almacenamiento, García subraya la necesidad de un desarrollo fluido de proyectos, evitando obstáculos en el acceso y conexión a la red. Señala los fondos europeos y la hibridación como oportunidades fundamentales para alcanzar las ambiciosas metas de almacenamiento energético establecidas para 2030. 

"Tenemos por una parte los fondos europeos de distintas líneas de ayudas (Plan de Recuperación, FEDER, RepowerEU, cross-border, PCI, innovation fund…) que pueden apoyar el impulso de proyectos estratégicos de almacenamiento de larga duración. Y por otra parte, tenemos la hibridación de generación renovable con sistemas de almacenamiento que conviertan los activos de generación en activos gestionables, de alto valor añadido para el sistema. Finalmente, la dura orografía de la península ibérica es un tesoro escondido para el desarrollo de centrales hidroeléctricas reversibles", señala.

Idealizando la proyección del almacenamiento para el cierre del 2024, el director de Asealen espera la concreción de una regulación para el mercado de capacidad y la normalización del almacenamiento detrás del contador, al igual que ocurrió con el autoconsumo fotovoltaico. Visualizando puntos de recarga para movilidad eléctrica integrados con sistemas de almacenamiento y la puesta en marcha de proyectos respaldados por ayudas del PERTE. 

Por último, García destaca los desafíos y oportunidades en términos de empleo, apuntando hacia la necesidad de una formación especializada y una adaptación ágil a las demandas del cambiante sector del almacenamiento energético. “En términos de empleo nos enfrentamos a múltiples retos. Un reto para formación especializada en la fabricación de componentes electroquímicos, un reto en la minería de materiales críticos, un reto en el conocimiento de los mercados de balance y de no frecuencia, un reto en las definiciones jurídicas y financieras de los nuevos proyectos, en el diseño y construcción”. Por su parte, desde Asealen se comprometen a colaborar para superar estos desafíos y fortalecer el rol de este tipo de almacenamiento en España.