En marzo de este año, RES, el mayor proveedor independiente de servicios de energía renovable a nivel mundial, completó una adquisición estratégica al incorporar la división de servicios renovables de Ingeteam.
Esta transacción significativa, que amplió las operaciones de RES a 24 mercados, no solo aumentó su capacidad en las industrias solar y eólica, sino que también reforzó su presencia en áreas emergentes como los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS), así como en energías de biomasa, hidráulica e hidrógeno.
Con más de 41 gigavatios (GW) en O&M y contratos de gestión de activos a nivel global, RES ha continuado su misión de liderar el camino hacia un futuro de energía asequible sin emisiones de carbono.
Review Energy quiso conocer más a fondo la estrategia de la compañía a través de uno de sus expertos que, con más de 20 años de experiencia en la industria, ha sumado a la compañía una estrategia global de constante evolución. Esto es lo que nos contó Adriano García Piquero, Managing Director de RES Services.
Review Energy (R.E.): Con más de 20 años en la industria, ¿cómo ha cambiado su perspectiva de la industria y el entorno energético a lo largo de su carrera?
Adriano García (A.G.): En 20 años, hemos visto una evolución significativa. Al principio, nos enfrentamos a un entorno con un gran desconocimiento tecnológico en los primeros desarrollos eólicos y fotovoltaicos. Había barreras de entrada debido a la falta de personal cualificado y de estándares de mantenimiento. Nuestra actividad inicial se basaba en la información básica proporcionada por los fabricantes y un proceso de certificación aún por desarrollar.
Con el tiempo, la tecnología avanzó rápidamente y nos llevó a expandirnos a diversos países, como México, Estados Unidos y Europa. En cada región, enfrentamos desafíos únicos relacionados con el desarrollo y la adaptación a nuevas geografías. Esta expansión implicó no solo aprender sobre nuevas tecnologías, sino también estandarizar procesos y generar conocimientos específicos para cada ubicación. A pesar de las dificultades, ha sido un proceso apasionante y enriquecedor que continúa manteniéndonos en constante evolución.
R.E.: Hablando de retos, ¿recuerda algún proyecto que haya marcado un antes y un después en su carrera?
A.G.: Ha habido muchos retos interesantes a lo largo de los años, pero uno de los más memorables fue en Juchitán de Zaragoza, en el estado de Oaxaca, hace aproximadamente 17 años. En ese entonces, la tecnología eólica era bastante novedosa en la región, y el personal local, principalmente dedicado a la ganadería, no tenía experiencia en el sector. Fue un desafío comenzar a ofrecer nuestros servicios allí y formar a la gente local en un campo totalmente nuevo para ellos.
Este proyecto fue especialmente significativo no solo por el reto técnico, sino también por el impacto social. La llegada de la tecnología eólica ofreció nuevas oportunidades laborales y contribuyó al desarrollo económico de la región, consolidando el sector renovable localmente.
Juchitán de Zaragoza se ha convertido en un importante centro eólico en Latinoamérica, y aquella experiencia inicial, aunque complicada, fue muy enriquecedora tanto desde el punto de vista técnico como cultural. La transición energética y su discurso han evolucionado con el tiempo, pero ese momento en particular fue un claro ejemplo del impacto positivo y transformador que puede tener la energía renovable en comunidades locales.
R.E.: ¿Cómo ha visto la evolución del discurso de la transición energética en Latinoamérica en comparación con Europa?
A.G.: En Latinoamérica, la llegada de la transición energética ha sido distinta en comparación con Europa. Europa ha liderado esta transición a nivel mundial, siendo un bastión en la adopción de energías limpias y en la reducción de la huella de carbono. Desde sus inicios, Europa, particularmente el norte del continente y España, ha sido el núcleo de los avances tecnológicos en el sector renovable.
En contraste, Latinoamérica ha estado históricamente más vinculada con el sector petrolero e industrial. El cambio hacia las energías limpias ha sido más lento debido a la necesidad de demostrar tanto los beneficios económicos como los sociales de estas tecnologías. Aunque la región está avanzando y se está volviendo más receptiva a la energía limpia, ha habido un desfase de aproximadamente 10 años en comparación con otras regiones más avanzadas.
Actualmente, Latinoamérica representa un área de crecimiento clave para nosotros, con más de un tercio de nuestra facturación proveniente de la región. RES está presente en México, Panamá, Chile, Uruguay y Brasil, y planeamos seguir expandiéndonos. A nivel global, estamos distribuidos en Europa, incluyendo Reino Unido, Francia, Italia, España, Portugal, Rumanía, Bulgaria y Polonia.
Durante nuestros más de 40 años de experiencia, hemos sido pioneros en la industria, desde el desarrollo de proyectos renovables hasta su construcción, gestión y operación. Actualmente, gestionamos más de 41 gigavatios en 24 países. Además, estamos involucrados en un proyecto innovador que busca mejorar el rendimiento de los activos mediante herramientas digitales avanzadas, con el objetivo de hacer que la energía sea lo más económica y eficiente posible.
Queremos ser el líder independiente en el sector, abarcando toda la cadena de valor, desde el desarrollo hasta la gestión de la vida útil de los activos renovables.
R.E.: Con la reciente adquisición de la división de servicios renovables de Ingeteam, ¿cómo ha impactado esto en el crecimiento de RES?
A.G.: La adquisición marcó el inicio de una nueva etapa para RES, con un enfoque en el crecimiento significativo y acelerado en el sector de las energías renovables. RES evaluó qué compañías podían aportar valor adicional y sinergias en términos de multitecnología. Antes de la adquisición, trabajábamos en eólica, fotovoltaica, almacenamiento, biomasa e hidráulica, mientras que RES se enfocaba principalmente en eólica y fotovoltaica en países como Estados Unidos, Australia y Francia. La integración permite a RES expandir su presencia en Europa y Latinoamérica, áreas donde teníamos una fuerte presencia y experiencia.
La adquisición también ofreció ventajas significativas en términos de sinergia tecnológica y de clientes. RES se beneficia ahora de una mayor cobertura geográfica y una diversidad de tecnologías. Además, la integración resulta en una economía de escala considerable, pasando de una plantilla de aproximadamente 400 empleados a más de 2,500 en esos ya mencionados 24 países.
Previamente, RES había adquirido otra compañía española, IM Future, con sede en Galicia, que operaba principalmente en el norte de España con una especialización en eólica. La integración de las tres compañías representa un desafío emocionante y motivador: consolidar operaciones y equipos para gestionar globalmente los 41 GW de capacidad, abarcando eólica, fotovoltaica, almacenamiento, biomasa, hidráulica e hidrógeno verde desde nuestra sede en Albacete, Castilla-La Mancha.
Estamos actualmente en el proceso de integración cultural y operativa, adaptando nuevos sistemas y prácticas para combinar lo mejor de cada entidad y ofrecer las mejores soluciones posibles en el mercado.
R.E.: ¿Cómo gestionan un cambio tan grande en términos de expansión y nueva tecnología?
A.G.: Gestionamos el proceso con el mayor esfuerzo posible, buscando siempre escuchar a quienes aportan valor a la organización y explorar nuevas formas de trabajo. Nuestra meta es no conformarnos con los métodos habituales, sino mejorar continuamente cada uno de nuestros procesos.
Nos enfocamos en aumentar la eficiencia y flexibilidad para nuestros clientes, y en asegurar una transferencia rápida y sólida de información y conocimiento entre países. Buscamos transmitir las mejores prácticas en todas las tecnologías en las que trabajamos.
Nuestro objetivo final es ofrecer el mejor servicio posible a nuestros clientes, manteniendo al mismo tiempo la rentabilidad para nuestros stakeholders.
R.E.: Hace poco, la consejera de Economía, Empresas y Empleo de Castilla-La Mancha, Patricia Franco, visitó sus instalaciones. ¿Qué ventajas ofrece Albacete y Castilla-La Mancha para RES?
A.G.: Para Albacete, la presencia de la mayor compañía independiente del mundo en el sector de la energía renovable representa una gran oportunidad. Establecer nuestra sede en Albacete para la operación y mantenimiento ofrece a los jóvenes y a la región una valiosa oportunidad de desarrollo profesional en un sector en rápido crecimiento.
Esta sede no solo proporcionará empleo y experiencia internacional, sino que también impulsará el tejido económico local, ya que los impuestos se pagarán en Castilla-La Mancha. Además, creará un polo de conocimiento y fomentará colaboraciones con la Junta de Castilla-La Mancha, así como con la Universidad de Castilla-La Mancha y centros de formación profesional. Nos comprometemos a contratar al 100% del personal que se forme en estos centros.
Desde el punto de vista laboral, el modelo que ofrecemos es moderno y flexible, con beneficios como flexibilidad horaria, bonos por transporte en bicicleta, mayor conciliación familiar y opciones de teletrabajo. Estas condiciones no solo enriquecen el entorno laboral local, sino que también se alinean con las tendencias actuales en el trabajo.
Sin embargo, el rápido crecimiento de la empresa ha generado una necesidad urgente de personal cualificado. Estamos trabajando para acelerar la contratación y mejorar la oferta laboral en la región, asegurando que, aunque proporcionemos formación interna, los nuevos empleados cuenten con una formación mínima adecuada desde el inicio.
R.E.: Con la transición energética convirtiéndose en una prioridad urgente, ¿qué deben entender los jóvenes que quieren entrar en este sector y cómo pueden prepararse adecuadamente?
A.G.: La formación en el sector de las energías renovables debe ser cada vez más específica y práctica, adaptada a las necesidades reales de las empresas. Es esencial que los programas educativos incluyan experiencia práctica desde etapas tempranas, para que los estudiantes comprendan mejor la realidad laboral y se familiaricen con el entorno empresarial.
En Europa del Norte, esta integración de formación práctica en empresas ha sido una norma durante décadas, mientras que en España y Latinoamérica aún está en desarrollo. Fomentar esta práctica es crucial para preparar a los jóvenes para un sector global y multicultural, que ofrece oportunidades internacionales y una rápida evolución tecnológica.
El sector es dinámico y ofrece constantes desafíos y aprendizaje, lo que proporciona una excelente proyección de crecimiento y buenas condiciones económicas y laborales. La multiculturalidad y la constante innovación hacen que trabajar en este campo sea muy enriquecedor.
R.E.: Finalmente, ¿cuáles son los objetivos urgentes que el sector debe abordar para seguir avanzando y cómo planea RES contribuir a estos objetivos?
A.G.: Para crecer en el sector de las energías renovables, es crucial contar con empresas y personal capacitado que pueda manejar el ritmo acelerado de expansión. La necesidad de duplicar o incluso triplicar las plantillas es un gran reto, dado el crecimiento vertiginoso del sector. Además, la capacidad de los fabricantes para mantener este ritmo también está limitada, y la entrada de fabricantes orientales podría influir en el mercado, ofreciendo precios más competitivos, pero también afectando el tejido industrial local.
En cuanto a los objetivos futuros, RES planea invertir en tecnologías innovadoras que mejoren el rendimiento de los activos y reduzcan el coste de la energía, haciéndola más accesible globalmente. La compañía se propone duplicar su tamaño en los próximos cinco años, manteniéndose como líder en el sector de energías renovables independientes. El enfoque está en seguir adaptándose a los retos del mercado y a las necesidades de los clientes, con una estrategia flexible y orientada al crecimiento.
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