La Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha presentado, junto con Deloitte, un año más los resultados del 'Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España'. El informe subraya el papel clave de la energía eólica como motor económico y destaca los indicadores que posicionan a esta tecnología como esencial para el progreso socioeconómico del país.
El informe resalta que, a pesar de los avances, el sector eólico enfrenta importantes desafíos. Uno de los principales es la necesidad de acelerar el ritmo de instalación de nueva potencia eólica para cumplir con los objetivos de 2030. La instalación anual se encuentra lejos de lo que se necesita para alcanzar estos objetivos, lo que podría tener impactos negativos en toda la cadena de valor.
A pesar del bajo ritmo de instalación, la energía eólica sigue consolidándose como la primera tecnología en el mix energético español. En 2023, la energía eólica representó más de 30,5 GW, lo que equivale al 24% del total de la potencia instalada, cubriendo el 25,6% de la demanda eléctrica del país.
El informe también subraya el liderazgo global de España en el sector eólico. El país sigue siendo una referencia mundial, ocupando el segundo lugar de la UE y el sexto lugar en el mundo por potencia instalada, además de ser el quinto exportador mundial de aerogeneradores.
Las comunidades autónomas que lideran el crecimiento
En cuanto al despliegue territorial, la energía eólica tiene una amplia presencia en España. Castilla y León sigue liderando en términos de generación y potencia instalada, mientras que Aragón ocupa el segundo puesto y lidera la instalación de nueva capacidad eólica en 2023. En total, 868 municipios de 16 comunidades autónomas cuentan con parques eólicos, con un total de 1.371 parques en todo el país.
Según la AEE, la potencia eólica se concentra en cinco comunidades autónomas con el 79% del total: Castilla León (11%), Aragón (14,4%), Galicia (14%), Andalucía (13%) y Castilla-La Mancha (12%). En 2023 las CCAA que más potencia eólica han instalado son Aragón (307 MW, un 50,1%), Castilla La Mancha (92 MW, un 15%), Cataluña (60 MW, 9,8%) y Extremadura (50 MW, 8,1%).
Las provincias con mayor número de municipios con parques eólicos son Lugo (51%), Las Palmas de Gran Canaria (47%) y La Coruña (46%). Las provincias en las que una mayor cantidad de población está situada en un municipio con población eólica son Albacete (82%) y Zaragoza (81%), seguidas de Valladolid (63%), Palencia (61%) y Las Palmas de Gran Canaria (50%).
En términos de empleo, el sector eólico sigue siendo un importante generador de puestos de trabajo, con 35.741 personas empleadas en 2023. Además, la contribución directa del sector al PIB de España alcanzó los 2.434 millones de euros, mientras que la contribución indirecta fue de 1.357 millones de euros.
Otros datos clave del informe incluyen que en 2023, la energía eólica cubrió el 25,6% de la demanda eléctrica de España, ahorró la importación de 12 millones de teps, y evitó la emisión de 32,8 millones de toneladas de CO2. También se destaca que el sector eólico tiene un impacto positivo en la reducción de los precios de la electricidad, con un ahorro de 4.685 millones de euros para los consumidores españoles.
Retos clave para el sector eólico en España
El informe presentado por la AEE resalta varios desafíos a los que se enfrenta el sector eólico, que deben abordarse con urgencia para asegurar que la energía eólica continúe siendo un pilar de la transición energética en España. Uno de los principales obstáculos es la insuficiente instalación anual de nueva potencia eólica.
España debe acelerar su ritmo de instalación para cumplir con los objetivos de 2030, ya que el ritmo actual está muy por debajo de lo necesario, lo que podría tener un impacto negativo a lo largo de la cadena de valor, señala la AEE.
El desarrollo de la eólica marina flotante, la repotenciación de los parques eólicos existentes y la mejora en la aceptación social a través de un mayor diálogo con las comunidades locales también son aspectos cruciales que el sector debe abordar para asegurar su crecimiento. La energía eólica no solo es esencial para la transición energética y la descarbonización, sino también para mantener la competitividad industrial y la independencia energética de España.
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