Newsletter

Quieres recibir nuestras novedades

GALERIA
Erwin Plett, fundador y CEO de Low Carbon Chile, y director de H2Chile, la Asociación Chilena de Hidrógeno AG

El marco regulatorio debe evolucionar para favorecer el desarrollo de hidrógeno verde en Chile: Erwin Plett


En un escenario global donde la urgencia por la descarbonización y la adopción de energías renovables se vuelven imperativos, el hidrógeno verde se erige como una alternativa de gran potencial. En este contexto, Chile ha destacado como un protagonista clave, capitalizando sus vastos recursos renovables y su firme compromiso con la transición energética para consolidarse como uno de los líderes en el desarrollo de esta innovadora industria.

Erwin Plett, fundador y CEO de Low Carbon Chile, y director de H2Chile, la Asociación Chilena de Hidrógeno AG, compartió con Review Energy su análisis sobre el estado actual y futuro de esta industria en Chile, así como los desafíos y oportunidades que enfrentan las empresas y el país en su conjunto.

Desde la evaluación de la competitividad de Chile en el mercado global de hidrógeno verde hasta el papel crucial de la banca en la financiación de proyectos, esta entrevista ofrece una visión profunda respecto al papel del hidrógeno verde en la agenda energética de Chile y su impacto en la economía y el medio ambiente.

Review Energy (R.E.): ¿Cuál es su evaluación sobre la competitividad de Chile en el mercado global de hidrógeno verde, más allá del 'bombo' del precio de producción?

Erwin Plett (E.P.): Chile se ha posicionado bien en el mundo de hidrógeno a nivel mundial desde el lanzamiento de su Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde en noviembre del año 2020 como pionero en Latinoamérica. Antes de ese evento, según el Hydrogen Council, se calificaba a Chile como “Hidden Champion”, ya que su gran potencial estaba avalado por estudios de la GIZ, la agencia alemana de cooperación internacional, que venían realizando estudios en terreno desde el año 2014 cuando este tema lo manejaba sólo un puñado de especialistas.

El resultado es que Chile cuenta con recursos renovables que superan en más de 100 veces la energía eléctrica anual producida hoy, y sobre todo que los recursos fotovoltaicos y eólicos son de calidad mundial también por sus altos factores de planta. Se ha hecho un intensivo y exitoso trabajo político firmando una serie de memorandos de entendimiento con numerosos países y/o ciudades puertos que serán los offtakers, los compradores del hidrógeno verde.

Este rubro del hidrógeno verde requiere de cientos de miles de millones de euros en inversiones, así que primero es necesario de tener un país con condiciones estables para invertir. Y a pesar de sus gobiernos con signos políticos cambiantes, Chile cumple con esos criterios como se ve en la práctica con las cuantiosas inversiones que se realizan en Energías Renovables y en el sector minero.

También se está trabajando intensivamente en la formación de capital humano, debido a que esta nueva industria sustentable tendrá la externalidad positiva de ofrecer muchos puestos de trabajo interesantes en las comunidades.

 

R.E.: ¿Cuáles son las principales barreras y desafíos que enfrentan actualmente las empresas en el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde en Chile?

E.P.: Cabe recordar que la industria del hidrógeno renovable es completamente nueva a nivel mundial, y estamos a un nivel de desarrollo como lo estábamos en la industria fotovoltaica hace unos 15 años atrás, cuando los pioneros instalaban un par de metros cuadrados de paneles, y hoy tenemos parques industriales de kilómetros cuadrados de superficie.

En el hidrógeno estamos operando hoy instalaciones de algunos MW de potencia, y planificamos proyectos de varios GW. Ese crecimiento en un factor mil no se hace de un día al otro.

Estamos llevando intensas discusiones sobre infraestructura compartida para trazados eléctricos, plantas desaladoras, e infraestructura portuaria con muchos actores y por lo tanto múltiples opiniones que hay que consensuar políticamente.

Toda la legislación y reglamentación debe adaptarse para esta nueva industria, especialmente en lo que se refiere a los plazos para el otorgamiento de los permisos ambientales y sectoriales para otorgar certeza jurídica para los inversionistas.

 

R.E.: ¿Considera suficientes las medidas que está tomando el gobierno para fomentar la inversión y la innovación en la industria del hidrógeno verde?

E.P.: El criterio de si son o no suficientes las medidas que está tomando el gobierno dependen de la velocidad con que se quiere implementar el desarrollo de esta industria. Las medidas concretas que se tomarán están plasmadas en el “Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030” en el que llevamos trabajando casi un año, y que actualmente está en consulta pública.

Este Plan de Acción se ha elaborado con una Mesa Interministerial que convocó a 11 ministerios más la CORFO (Corporación de Fomento a la Producción), un Consejo Consultivo de carácter técnico, un Comité Estratégico formado por figuras políticas transversales y académicas, y se realizaron muchos talleres ciudadanos a lo largo del país.

Esperamos que el Plan de Acción se publique en abril de este año. El calendario de implementación de esas medidas nos dará una métrica para decir si son o no suficientes estas ciento once medidas propuestas para impulsar esta industria.

 

R.E.: ¿Cuál es su opinión sobre el papel de la banca y otras instituciones financieras en la financiación de proyectos de hidrógeno verde en Chile?

E.P.: Obviamente estas grandes inversiones deben financiarse, por lo que el rol de la banca e instituciones financieras es fundamental. Pero hay que reconocer que es un negocio completamente desconocido para la banca a nivel mundial, regional y nacional, lo mismo que pasó con la implementación de los parques de energías renovables hace una década atrás.

Sólo los que podían respaldar con otros negocios o con garantías propias tuvieron acceso al crédito. Había sólo crédito a las empresas muy solventes y no para los proyectos específicos porque la banca no entendía este nuevo segmento de negocios.

Conviene recordar que todos estos esfuerzos alrededor del hidrógeno verde no son por falta de hidrógeno (que se produce industrialmente hace más de un siglo), sino que para descarbonizar nuestra canasta energética. Y como las emisiones de CO2 no respetan fronteras nacionales, este es un problema global, y es necesario que la comunidad internacional tome cartas en el asunto y financie estas inversiones a través de instituciones financieras internacionales. Por ejemplo, en noviembre 2023 el Banco Mundial publicó su iniciativa “10 GW” para financiar proyectos de hidrógeno renovable para impulsar esta nueva industria.

Es así como Chile ha conseguido un interesante financiamiento internacional de diversas entidades como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Europeo de Inversiones, la alemana KfW, la Comunidad Europea, y recientemente del CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, lo que incluyendo recursos propios llega a un monto de mil cien millones de USD que administrará la CORFO.

La CORFO pretende impulsar tres segmentos: la concreción de proyectos de generación, la estimulación del consumo interno, y la fabricación de partes y piezas de componentes para esta industria. Esperamos que tendrá las bases listas en la segunda mitad de este año con la idea de multiplicar estos fondos a 12.500 millones de USD mediante otorgamientos de garantías y “créditos de segundo piso” para involucrar a la banca privada.

 

R.E.: ¿Qué estrategias considera más efectivas para establecer la confianza necesaria entre las empresas, las comunidades y el gobierno en proyectos de hidrógeno verde?

E.P.: Sin duda las inversiones se realizan sólo cuando los inversionistas tienen confianza con seguridad jurídica sobre sus capitales y los retornos de sus ganancias con certezas tributarias, cuando las comunas aledañas tengan la percepción de que los beneficios para ellos son mayores que los problemas, y los gobiernos obtengan la interesante recaudación de los impuestos generados, cumpliendo con sus compromisos internacionales para la lucha contra el cambio climático antropogénico, y consiguiendo los votos de los ciudadanos en las próximas elecciones.

Como stakeholders, no hay que olvidar los profesionales muy bien pagados para generar conflictos y aparecer protestando en los medios de comunicación, y mientras más radicales son sus posiciones, más “likes” se cosechan hoy en las RRSS. El aspecto ideológico, si esto lo maneja preferentemente el estado o lo manejan los privados, es una complicación adicional.

La estrategia efectiva para generar confianzas en los actuales tiempos pasa por el diálogo extensivo y participativo, entregar mucha información objetiva y fidedigna para contrarrestar la desinformación reinante (normalmente del tipo emocional), y para ello que se requiere paciencia y perseverancia. Las futuras generaciones dependen del consenso que nosotros podamos generar ahora, y no hay mucho tiempo que perder.

 

Comentarios

  • Sé el primero en comentar...


Deja tu comentario