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El capital inicial, la gran barrera de las renovables en Latinoamérica


El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), publicó su informe ‘Prosperidad libre de carbono: cómo los gobiernos pueden habilitar 15 transformaciones esenciales’ en el que destaca acciones urgentes frente a la energía y la movilidad sostenible, entre otras, que los países de América Latina y el Caribe deberán adoptar si quieren lograr cero emisiones netas.

Según el documento, el ­financiamiento internacional será fundamental, pero siempre será insuficiente, por lo que la transformación de las economías solo será posible si todas las partes interesadas entienden qué necesitan cambiar, por qué puede ser de su interés y cómo tomar medidas para que suceda.

Según Benigno López Benítez, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID, “los países que quieran descarbonizar deberán hacerlo en sus propios términos, a partir de un diagnóstico de los desafíos que enfrentan, sus prioridades de desarrollo y qué espacio fi­scal, capacidad y capital político pueden movilizar para impulsar el cambio”.

Una de las transformaciones principales identificadas en el documento fue la necesidad de acelerar la generación de electricidad variable y flexible libre de carbono a través de fuentes como la energía solar, eólica, geotérmica e hidroeléctrica.

El BID asegura que esta transformación debe centrarse en la construcción de sufi­cientes fuentes renovables, especialmente solares y eólicas, en función de las propiedades especí­ficas de cada país, dependiendo de las condiciones topográ­ficas y geográfi­cas, así como los recursos, para cubrir   la demanda doméstica de electricidad, junto con sufi­ciente energía limpia y flexible para satisfacer los picos de demanda.

“La mayoría de los países pueden volverse más independientes desde el punto de vista energético si eliminan gradualmente los combustibles fósiles e implementan la generación de energía renovable, […] que puede descentralizarse más fácilmente, lo que puede ayudar a proporcionar servicios de electricidad en zonas de difícil conexión”, afirma el documento.

Al mismo tiempo, asegura que las mayores barreras para la adopción estas energías limpias a gran escala son el capital inicial necesario, los diseños del mercado energético y la falta de infraestructura. Según el informe del BID, en los países en desarrollo, el mayor coste ponderado del capital agrava este problema.  Asimismo, reseña que, en la mayoría de los países, los sistemas y mercados eléctricos se crearon en torno a fuentes de combustibles fósiles, que pueden ajustarse para producir más o menos energía según las variaciones de la demanda en minutos, horas, días y estaciones, sin tener en cuenta el carácter de las fuentes variables.

Por lo tanto, el documento señala que los incentivos fiscales pueden favorecer el despliegue de energía renovable y la infraestructura de apoyo necesaria. “Esto incluye medidas fi­scales, como los subsidios para inversiones de hogares o empresas, depreciación acelerada, garantías públicas y asociaciones público-privadas”.

Mientras que, frente a la variabilidad, afirma que puede abordarse mediante el despliegue de opciones de flexibilidad, almacenamiento y gestión de la demanda. Según esto, explica que la energía eólica y solar variable y barata pueden proporcionar entre el 60% y el 90% de la energía necesaria, pero debe estar respaldada por una gestión activa de la demanda sufi­ciente y por una generación limpia y flexible.

Para el BID, “una mejor planifi­cación puede alinear los planes de expansión energética con los objetivos de cero emisiones netas. Puede proporcionarse fi­nanciación para promover los análisis de la oferta y la demanda de energía que consideren diferentes patrones climáticos regionales y escenarios de uso”.

Adiós a los fósiles

Otra de las transformaciones señaladas en el informe es la de la eliminación gradual de toda la generación de electricidad con combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el diésel. Los datos recopilados a partir de la IEA y puestos en manifiesto en el informe del BID concluyen que se pueden establecer objetivos obligatorios para la eliminación gradual de combustibles fósiles, teniendo en cuenta que la terminación anticipada de los acuerdos de compra de energía existentes podría generar costes adicionales.

Lo que siguiere que los incentivos ­financieros puedan utilizarse para la eliminación temprana, mientras que se considera necesario eliminar gradualmente cualquier subvención restante para la tecnología basada en los fósiles. “Para garantizar la integridad de los recursos públicos, los benefi­ciarios de dichos incentivos no deben construir ni plani­ficar la creación de nuevas infraestructuras para combustibles fósiles (incluido el gas natural)”, explica el BID.

Según esto, muchos países tendrán que plani­ficar la diversi­ficación de su economía y alejar los regímenes ­fiscales de la dependencia de los combustibles fósiles. Esto, según el documento, puede comenzar mediante el análisis y la plani­ficación de los impactos que la eliminación de los combustibles fósiles tendría en los sistemas fi­nancieros públicos y privados, prohibiendo nuevas inversiones que aumentarían ese impacto en el futuro, programando la retirada de los activos de combustibles fósiles existentes y estableciendo una estrategia financiera para mitigar el impacto de la reducción de las regalías de los fósiles.

Bienvenida, movilidad eléctrica

Otra de las transformaciones sugeridas recae en el reemplazo de los vehículos de pasajeros de diésel y gasolina por vehículos eléctricos y de cero emisiones.

El informe asegura que “en América Latina y el Caribe se ha iniciado el despliegue de infraestructura de carga semirrápida y rápida, con el mayor número de cargadores en México y Brasil. En comparación con la Unión Europea, América del Norte o China, la adopción de la infraestructura de recarga está rezagada en la región”.

El BID afirma que los Gobiernos pueden planificar y construir o adquirir redes centrales de carga de combustible (por ejemplo, en las principales autopistas) y construir carriles y plazas de estacionamiento para vehículos de cero emisiones. Además, una actualización de la normativa gubernamental puede acelerar el despliegue de VE. Los mandatos pueden exigir que una parte mínima de los automóviles vendidos en un mercado determinado sea de cero emisiones.

Esto, según el documento, provocaría cambios entre los vendedores de automóviles e inspiraría la innovación en toda la cadena de valor de los VE.

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