El gobierno mexicano ha presentado la actualización de su estrategia de transición para promover el uso de tecnologías y combustibles más limpios, delineando un ambicioso plan para el crecimiento de la generación eléctrica en los próximos años. La estrategia, respaldada por la Ley de Transición Energética (LTE) promulgada en 2015, busca sentar las bases para proyectos de energías limpias y renovables, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones.
Según la actualización de la estrategia publicada por la Secretaría de Energía (Sener), México tiene la intención de instalar una capacidad adicional de 8,858 (MW) entre 2023 y 2026. Estos proyectos, que abarcan tecnologías prioritarias convencionales y limpias, se proyectan como fundamentales para evitar cortes de energía a corto plazo, especialmente en las penínsulas. Entre las tecnologías seleccionadas se tienen ciclos combinados, combustión interna, turbogás, hidroeléctricas, solar fotovoltaico, bancos de baterías y geotermoeléctrica.
Además, el Programa Indicativo para la Instalación y Retiro de Centrales Eléctricas (PIIRCE), propuso optimizar proyectos entre 2027 y 2037, añadiendo capacidades de tecnologías como solar, eólica, ciclos combinados, hidroeléctrica, nuclear y baterías asociadas. Contemplando la incorporación de ciclos combinados con mezclas de metano-hidrógeno y centrales dedicadas a gas natural en regiones con abundancia del recurso. Estas medidas buscan diversificar y mejorar la infraestructura energética.
Source: CENACE y CFE
Este primer bloque de proyectos se centra en abordar los desafíos actuales del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y garantizar su eficiencia, calidad, confiabilidad y sostenibilidad. Además, permitirá la integración continua de centrales eléctricas con energías renovables intermitentes, un paso crucial para satisfacer las necesidades del país y apoyar tecnologías más sostenibles.
A partir de 2027, se prevé la integración de proyectos adicionales resultantes de un proceso de optimización a mediano y largo plazo. Estos proyectos, que buscan cumplir con las metas de energías limpias establecidas en la LTE y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuirán significativamente al suministro eléctrico y a la eficiencia del SEN.
La generación eléctrica en México experimentará un cambio significativo hacia fuentes renovables y limpias. Se proyecta que para 2037, la capacidad neta instalada alcanzará los 157,098 MW, un aumento del 69.8% desde 2022. La solar se posiciona como la tecnología predominante, representando el 37.07%, seguida de la generación fotovoltaica distribuida con un 14.04%.
La Secretaría de Energía destaca que, hacia 2037, se espera que al menos el 35.1% de la generación eléctrica total provenga de fuentes limpias, cumpliendo con las transiciones establecidas por la LTE. Para 2033, se establece la meta ambiciosa del 39.9%, y hacia 2050 se proyecta alcanzar el 50%.
Este plan integral refleja el compromiso de México con la transición hacia un futuro energético más sostenible y representa un paso significativo hacia la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y la mitigación del cambio climático. La estrategia no solo aborda las necesidades energéticas inmediatas, sino que también establece una visión a largo plazo para un México más limpio y sostenible.
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