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Archivo Canva

Se requieren 78 billones de dólares para alcanzar la meta de cero emisiones netas para 2050


Una nueva evaluación del Energy Transition Outlook de Wood Mackenzie advierte que el mundo se encuentra actualmente en un rumbo de calentamiento global de entre 2.5 ?C y 3 ?C, y estima que alcanzar el objetivo de limitar el aumento de temperatura a 1.5 ?C requerirá una inversión acumulada de 78 billones de dólares en infraestructura energética, minerales críticos y tecnologías emergentes. En un contexto de choques globales continuos, la acción decisiva es más urgente que nunca para alcanzar la meta de cero emisiones netas en 2050. Sin embargo, el informe advierte que los compromisos de reducción de emisiones para 2030 podrían no cumplirse sin un cambio radical en las políticas y las inversiones en tecnología de baja emisión de carbono.

Escenarios de transición energética

Wood Mackenzie analizó cuatro escenarios distintos de transición energética para la industria de energía y recursos naturales:

  •          Caso base de Wood Mackenzie: calentamiento de 2.5 ?C
  •          Compromisos de los países: calentamiento de 2 ?C
  •          Cero emisiones netas para 2050: calentamiento de 1.5 ?C
  •          Transición retrasada: calentamiento de 3 ?C

Además, el análisis destaca los resultados claves encontrados en el informe:

  1. Inversión necesaria: Se requiere una inversión acumulada de 78 billones de dólares para lograr cero emisiones netas en 2050. Estos fondos se destinarían a infraestructura eléctrica, minerales críticos y el desarrollo de tecnologías como la captura de carbono y el hidrógeno bajo en carbono.

  2. Aumento de la demanda energética: Se proyecta un crecimiento significativo en la demanda energética global debido al aumento de la población, ingresos crecientes, y nuevas fuentes de demanda como centros de datos y electrificación del transporte.

  3. Rol de las energías renovables y los combustibles fósiles: Aunque las energías renovables crecerán rápidamente, el petróleo y el gas seguirán siendo parte del sistema energético global hasta 2050. Se espera que la capacidad de las renovables se duplique para 2030, pero no alcanzará el objetivo global de triplicarse para ese año.

  4. Urgencia en política e inversión: La estabilidad política y la certeza en políticas son fundamentales para apoyar las tecnologías limpias emergentes y aumentar la inversión de capital, que según Wood Mackenzie deberá duplicarse anualmente para alcanzar los 3.5 billones de dórales para 2050 en el escenario de cero emisiones netas.

Acciones decisivas en un contexto global incierto

"Las conmociones en los mercados, desde conflictos en curso hasta tensiones geopolíticas, amenazan con descarrilar el progreso de la transición energética", señala Prakash Sharma, vicepresidente de Wood Mackenzie. Aunque los objetivos de reducción de emisiones para 2030 están en riesgo, Sharma subraya que aún es posible alcanzar cero emisiones netas para 2050 con acciones globales inmediatas y coordinadas. “No actuar podría llevarnos a superar incluso el objetivo de 2 ?C”, agrega.

Electrificación y renovables como pilares de la transición

La electrificación, especialmente mediante energías renovables, es la base para un futuro energético más limpio. Wood Mackenzie proyecta que la demanda final de electricidad aumentará del 23% actual al 35% para 2050 bajo tendencias actuales, y hasta el 55% en escenarios acelerados. No obstante, el crecimiento puede verse limitado por desafíos en infraestructura y cadenas de suministro.

Metales y minerales: el soporte de las nuevas tecnologías energéticas

Las tecnologías de transición, como las baterías y la producción de hidrógeno, son intensivas en minerales y requieren incrementos significativos en metales como el litio y el níquel. La demanda de baterías podría aumentar diez veces para 2050 en el escenario de cero emisiones netas.

¿El aumento de las renovables aerá suficiente para cumplir los objetivos mundiales?

La participación de la energía solar y eólica en el suministro energético mundial aumentó del 4,5% en 2015 al 17% en 2024.

El fuerte crecimiento de las energías renovables es una certeza en la transición energética, y así continuará en todos los escenarios modelados en esta actualización. La capacidad de energías renovables crece al doble para 2030 en el caso base, pero no se alcanza el compromiso mundial asumido en la COP28 de triplicar las energías renovables para 2030.

La energía solar es la mayor fuente de electricidad renovable, seguida de la eólica, la nuclear (incluidos los reactores grandes y pequeños) y la hidroeléctrica. En conjunto, la participación de las energías renovables aumenta del 41% actual al 58% en 2030 y al 90% en 2050, según el escenario. “Pero una serie de desafíos –desde la cadena de suministro, el suministro de minerales críticos, los permisos y la expansión de la red eléctrica– podrían frenar las aspiraciones de capacidad renovable”, dijo Sharma.

Innovación en captura de carbono e hidrógeno

La captura de carbono y el hidrógeno bajo en carbono son tecnologías clave, pero siguen siendo costosas y pocos han adoptado todavía la FID debido a la falta de certidumbre política y a los altos costes. Aunque se han anunciado más de 1,200 proyectos en los últimos cinco años, persisten obstáculos de inversión. Wood Mackenzie sugiere que políticas más firmes, como el establecimiento de precios al carbono, podrían impulsar una adopción mayor de estas tecnologías.

Una década crucial por delante

Con el primer balance global (GST) completado en 2023, se espera que los países aumenten sus objetivos de emisiones en la próxima ronda de contribuciones nacionales en 2025. “La próxima década es fundamental para la cooperación global y cumplir con estos objetivos ambiciosos”, comenta Sharma, señalando que asuntos pendientes como la finalización del Artículo 6 sobre mercados de carbono y el aumento de la meta de financiamiento climático estarán en la agenda de la COP29 en Azerbaiyán.

El informe de Wood Mackenzie subraya el estrecho margen para alcanzar cero emisiones netas para 2050. Sin una cooperación global decisiva, el mundo corre el riesgo de enfrentar escenarios de calentamiento agravado y las enormes cargas financieras de la adaptación climática.

 

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