
Doble cosecha: Ingenieros colombianos desarrollan un sistema agrovoltaico que une energía solar y cultivos hidropónicos
La combinación de paneles solares y sistemas hidropónicos emerge como una solución innovadora para la agricultura sostenible. Ingenieros de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) han desarrollado un prototipo que permite optimizar el uso del suelo al producir alimentos y energía de manera simultánea, una propuesta clave frente a la creciente competencia por recursos entre el sector agrícola y el energético.
La iniciativa implementa paneles solares sobre los cultivos sin sacrificar áreas agrícolas. Además, experiencias similares se desarrollan en países como Japón y Estados Unidos, donde los cultivos y el ganado aprovechan las sombras de los paneles solares.
El proyecto forma parte del Grupo de Investigación Electrical Machines & Drives (EM&D) de la UNAL y consiste en un modelo que incluye torres modulares de cultivo hidropónico, donde hortalizas como lechuga, acelga y espinaca crecen en agua en vez de tierra. Cada torre está conformada por anillos de 20 centímetros, que al apilarse alcanzan hasta 2,5 metros de altura, permitiendo cultivar 80 plantas por metro cuadrado, superando ampliamente la capacidad de cultivo de los métodos tradicionales que solo permiten 10 plantas por metro cuadrado.
"El sistema es bastante modular y puede crecer tanto como se desee. Esto permite una gran flexibilidad para adaptarse a diferentes necesidades, tanto en pequeña como en gran escala," explicó Javier Rosero, profesor titular de la UNAL y líder de la iniciativa en entrevista exclusiva con Review Energy.
Una de las principales ventajas del diseño modular es que no solo optimiza el espacio, sino que también facilita el acceso a los cultivos, reduciendo la fatiga de los agricultores. "La estructura modular y vertical de las torres facilita el acceso a las plantas y reduce la fatiga, evitando que los agricultores tengan que trabajar en posiciones incómodas, como agacharse constantemente," añadió Rosero.
El proyecto también tiene en cuenta la gestión eficiente del agua, incorporando un sistema que recolecta agua de lluvia para el riego de los cultivos, lo que optimiza aún más los recursos hídricos.
Adicionalmente, la iniciativa también propone implementar paneles solares semi-transparentes para reducir la sombra que podrían generar sobre los cultivos, permitiendo un paso adecuado de luz para su crecimiento. "La mejora constante en el monitoreo y control de variables como el agua, los nutrientes y la temperatura, junto con los paneles solares semi-transparentes, optimiza la productividad del sistema bajo condiciones de sombra parcial," enfatizó el docente.
Este proyecto no solo tiene aplicaciones para pequeños agricultores, sino que también es escalable y podría ser implementado a gran escala, incluyendo en regiones como Ubaté (Cundinamarca), donde la combinación de producción de energía y lácteos podría ser viable. "El sistema es flexible y modular, lo que lo hace adecuado para diferentes tamaños de operación. La capacidad de generar energía, producir alimentos y agua para consumo humano lo convierte en una opción atractiva para muchas comunidades," dijo Rosero.
Por otra parte, el proyecto agrivoltaico está atrayendo a diversos aliados estratégicos que están interesados en co-desarrollar y financiar su implementación a gran escala. Según Rosero, el trabajo inicial ha sido realizado en colaboración con universidades y centros de investigación tecnológicos, pero el siguiente paso es vincularse con entidades locales y cooperativas de trabajadores agrícolas, que buscan mejorar su producción de alimentos, ser más sostenibles y generar energía.
Además, pequeñas empresas están comenzando a ver el potencial del proyecto y se están sumando al ecosistema que se está construyendo, compuesto por comunidades, alcaldías y corporaciones regionales. "Se está generando un ecosistema desde las comunidades y los grupos agrícolas, que buscan maximizar la producción y generar energía y agua para su desarrollo económico y bienestar," señaló el docente.
La siguiente fase del proyecto se centrará en las pruebas de resistencia y durabilidad, con el fin de garantizar que las estructuras puedan soportar las condiciones ambientales difíciles, como las fuertes lluvias y vientos de la región, lo que permitirá reducir los costos de mantenimiento y asegurar una operación eficiente a largo plazo.
Comentarios
Sé el primero en comentar...