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En Latinoamérica hay “un paro, pero todavía hay mucho por hacer dentro de los renovables”


Desde hace más de 35 años, UL Renewables ha fungido como un organismo independiente de asesoría, prueba, inspección y certificación de confianza para una amplia gama de industrias. Entre ellas, la industria de los renovables.

Por sus manos han pasado decenas de empresas dedicadas a esta industria y tienen un  amplio conocimiento del teje y desteje en la materia de energías renovables. 

Por esa razón, en Review Energy conversamos en exclusiva con Jorge Ochoa, Business Development Manager Latin America en UL Renewables, para ahondar en la evolución que podría tener Latinoamérica en próximo año en términos de energías renovables.

¿En los últimos diez años cuáles serían los mayores hitos que ha tenido la empresa dentro del sector renovable y qué proyectos podrían adelantarnos para lo que viene, en los sectores de tecnología e innovación?

Para las energías renovables, como es meramente de certificaciones, desde el inicio conforme la energía ha crecido, nos hemos ido involucrando más en las nuevas tecnologías y las renovables no han sido la excepción.

Básicamente, en los últimos 10 años, UL ha ido adquiriendo diferentes compañías dirigidas en el sector de la consultoría humana: DEWI (Instituto Alemán de Energía Eólica) y AWS Truepower.

Estas dos compañías se fusionaron y se convirtieron en la “unidad” de renovables de UL, que se divide en dos secciones: la certificación de productos enfocados en los renovables (turbinas, paneles, etc) y la sección de consultoría.

Nos hemos convertido en una de las consultoras en renovables más grandes del mundo, siendo Latinoamérica uno de nuestros principales enfoques.

En el sector latinoamericano, lastimosamente tenemos cierta mala fama de ser muy burocráticos, en donde todos los procesos se tornan tediosos e impiden el desarrollo de las energías renovables ¿ustedes se han topado con ese obstáculo?

Sí y al mismo tiempo no. Ha habido países de Latinoamérica que han sido ejemplo de lo contrario, por ejemplo, Brasil, México o Argentina.

Lo que pasa es que, algo de lo que nos caracteriza en Latinoamérica es precisamente la poca estabilización de nuevas políticas. Cualquier cambio político afecta mucho a las políticas a largo plazo. Tenemos un pensamiento y una planificación de mediano plazo.

Hay cosas negativas, son baches en política, pero esperamos que sean nada más eso, baches.

De cara al 2021 ¿Están viendo alguno de los países latinoamericanos que pueda ser líder en energías renovables?

Siendo lo más objetivo posible, a nivel de volumen, México y Argentina. O sea, va a haber un parón, Argentina ya lo está sufriendo, México ha tardado un poco más en sufrir de ese parón. Desgraciadamente hay más inestabilidad, por lo tanto, los cambios son mucho más rápidos.

Va a haber una parada, pero todavía hay mucho por hacer dentro de las renovables, incluso dentro de las propias plantas, los proyectos que tienen que construir e incluso, hay una expectativa de lo que hay que hacer con las políticas en su momento, para que se vuelva a reactivar.

Por lo tanto, no es que se apaguen, pero sí van a dejar de crecer.

Chile es un país que va un paso adelante, igual Colombia. Tampoco hay que perder el ojo en Perú y evidentemente, Brasil.

Ahora, con las nuevas políticas de Joe Biden en materia ambiental, pareciera que le va a dar mucha fuerza a las energías renovables ¿Podría esto permear en México para que se vean obligados a volver donde estaban y que haya alguna presión positiva?

Hay que verlo por capas. Está la capa política, la capa de suministro energético, la capa económica, la capa social, en fin, hay muchas capas y yo creo que eso indirectamente sí va a suceder.

En cada país los mercados eléctricos funcionan distinto, en su mayoría es para consumo industrial, se dan intercambios de materia prima. Pero para las renovables, la distribución del recurso es muchísimo más amplia, está más democratizada la energía.

En ese sentido, hay un funcionamiento más a lo interior de cada país, de autonomía en cuanto al recurso.

Ahora, en cuanto a la capa política, ésta no se ve de manera tan evidente, no existe un contrato físico, pero, sí se ve el hecho de que las personas somos más conscientes de que contaminamos más.

A lo que voy con todo esto, es que este tipo de cosas terminan afectando aspectos como la política y a veces tienen un efecto sobre quién gana y quién pierde.

Entonces, para responder la pregunta, creo que sí podría darse, pero no dentro del sistema concretamente Si no, por el contrario, aspectos como lo social y lo político podrían ser las que afecten las políticas dentro del país.

Finalmente, ¿Cómo se enfrentaron ustedes como empresa, a los cambios que implicó la pandemia y cómo logran determinar si va a haber una afectación de algún tipo en este 2021?

Lo primero para enfrentar la pandemia, es la seguridad. Nuestro primer enfoque fue cuidar a los empleados. Al estar en un sector donde nuestra misión es generar un mundo más limpio, más verde; uno obtiene cierta consciencia hacia el entorno y, evidentemente, para nosotros lo más importante son las personas y su seguridad.

Luego, nos adaptamos. Nosotros ya estábamos en ese proceso de pasarnos a lo digital, a aportar herramientas para poder lograr cosas de manera remota. Por lo tanto, la pandemia ha sido una oportunidad para acelerar todos esos procesos.

 

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