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Raúl García Posada, director de la Asociación Española de Almacenamiento de Energía (Asealen),

El almacenamiento es un instrumento para reducir la volatilidad de precios: Asealen


Almacenar para ser capaces de compensar el suministro intermitente de energía que aportan las renovables. Almacenar para ser capaces de aprovechar hasta el más mínimo rayo de luz y hasta el último soplo del viento.

Las renovables han sido, sin duda alguna, la respuesta a la urgencia climática, a la autosuficiencia energética y a la crisis del suministro. Sin embargo, la intermitencia de estas fuentes de generación ha creado la necesidad de pensar en dichas tecnologías limpias como un todo siempre y cuando los sistemas de almacenamiento energético sean sus aliados.

En conversación con Review Energy, Raúl García Posada, director de la Asociación Española de Almacenamiento de Energía (Asealen), explicó cuál ha sido el proceso que ha llevado al almacenamiento a convertirse en parte esencial del desarrollo de las energías renovables y cuáles son las barreras que aún quedan por superar en España.

Review Energy: ¿Cómo puede ayudar el almacenamiento al sistema en medio de una crisis como la generada por la guerra en Ucrania, tanto en grandes plantas, generación distribuida y otras aplicaciones?

Raúl García Posada: La crisis generada por la guerra de Ucrania se muestra mediante la escasez de gas provocada por la falta del principal suministrador de Europa: Rusia. Por lo tanto, es una crisis de potencial falta de gas por un lado, y de precios elevadísimos por otro lado. El almacenamiento puede contribuir a paliar ambos escenarios.

Las instalaciones de almacenamiento pueden suplir parte de las necesidades de operación con gas. En España contamos con una gran cantidad de centrales hidráulicas reversibles (bombeos) que tienen capacidad para sustituir generación fósil. Del mismo modo ocurre con los almacenamientos térmicos de las centrales de concentración solar térmica, que pueden operar más allá de la puesta de sol, sustituyendo generación con gas por la noche. Generación, eso sí, que previamente ha sido almacenada.

Frente al precio, las instalaciones de almacenamiento incrementarían las alternativas de generación en las horas punta de cada día, reduciendo el riesgo de precios extremos por falta de gas, al ser capaces de trasladar generación de otras horas del día.

Si pensamos desde el punto de vista de un consumidor con un sistema de almacenamiento, estas instalaciones son un instrumento para reducir la volatilidad de precios y asegurar el mayor aprovechamiento posible de su generación renovable.

Y desde el punto de vista de la reducción del consumo de gas, la presencia de instalaciones de almacenamiento permite incrementar la generación renovable y reducir el vertido de energía excedentaria, como ya está ocurriendo de manera puntual en días de baja demanda y alta generación renovable.

Sin duda alguna, los sistemas de almacenamiento permiten potenciar los efectos del incremento de la potencia instalada de energía eólica y fotovoltaica, y su desarrollo debería estar vinculado.

RE: Hasta hace un año el MITECO aprobó la Estrategia de Almacenamiento Energético. ¿Qué ha supuesto esta decisión desde entonces y qué falta por hacer? ¿Llegará España a los objetivos propuestos (20 GW en 2030 y 30 GW en 2050)?

RG: Desde su publicación, se ha trabajado sobre la mayoría de los retos identificados, destacando los regulatorios y de mercado, investigación y desarrollo, y aquellos relacionadas a las materias primas y fabricación de equipos, actividad muy ligada a los PERTEs del vehículo eléctrico. Se ha hecho mucho esfuerzo en el desarrollo de las capacidades de fabricación de equipos, sin embargo, desde Asealen creemos que aún se puede hacer mucho más para fomentar el uso de esos equipos de almacenamiento.

Aún queda mucho por hacer respecto al mercado, a instrumentos reales de apoyo al desarrollo de instalaciones de almacenamiento de corta, media y larga duración. La Estrategia de Almacenamiento Energético apuesta por una reducción de costes de determinados sistemas de almacenamiento por su madurez e incremento de capacidad de fabricación.

Pero la realidad actual es que esa reducción no se prevé que se materialice en los próximos años debido al contexto geopolítico actual, el incremento de coste energético, las roturas de las cadenas logísticas, el desajuste entre la demanda y las capacidades de fabricación de ciertas tecnologías y materiales, así como la dificultad de incrementar la capacidad de nuevos orígenes de materias primas, como estamos viendo en España con el desarrollo de nuevos proyectos mineros. Por lo tanto, resulta imprudente confiar en que las instalaciones de almacenamiento necesarias para los objetivos del PNIEC se vayan a construir sin instrumentos específicos para ellas.

Esto es, desde nuestro punto de vista, lo principal que “falta por hacer”, donde caen, por ejemplo, los “mecanismos de capacidad”, que tendrán que ser complementados ya que, por sí solos, serán muy probablemente insuficientes. Además, hay múltiples materias que están en proceso, como completar la modificación de Procedimiento de Operación y determinados servicios de flexibilidad.

El resto de las medidas están, prácticamente todas recogidas en las diferentes convocatorias del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y en el PERTE ERHA (Energías Renovables, Hidrógeno renovables y Almacenamiento). Quizá merezca la pena recordar aquí la necesidad de resolver el concurso de capacidad de acceso ligado al nudo de Transición Justa de Mudéjar 400kV y la convocatoria Energía Sostenible en las Islas que debería lanzarse este año, en las que esperamos que se aproveche para dar un verdadero impulso al almacenamiento en los sistemas insulares.

RE: ¿Esto será suficiente para cumplir los objetivos propuestos en 2030 y 2050?

RG: Pues para 2050 queda aún mucha tela que cortar, y el escenario ya hemos comentado que ha cambiado radicalmente desde la aprobación de la Estrategia y del PNIEC. Si a esto sumamos el plan REPowerEU… pues habrá que ver que actualización resulta del PNIEC. El avance del almacenamiento detrás del contador y del autoconsumo fotovoltaico es mayor que el previsto, y se cumplirá holgadamente. El objetivo de almacenamiento en baterías esperamos que también se cumpla y que se incremente, a pesar de las dificultades antes mencionadas, pues será imprescindible para integrar la potencia fotovoltaica, que también se verá, probablemente, incrementada en sus objetivos.

Y el deber lo tenemos en los grandes sistemas de almacenamiento: bombeos, almacenamiento térmico, aire líquido… Estas tecnologías mecánicas, síncronas, son esenciales para sustituir la inercia mínima del sistema eléctrico que hoy dan las nucleares y los ciclos combinados de gas.

Es una pena que no se aprovecharan la 1ª y 2ª subastas del REER (Régimen Económico de Energías Renovables) para establecer cupos para estos almacenamientos, tal y como sí se ha hecho en la 3ª subasta. Podríamos haber tenido en 2023 y 2024 instalaciones que reducen la dependencia del gas todas las noches del verano. Gracias a las próximas convocatorias de fondos del PERTE ERHA, almacenamiento hibridado a generación renovables y almacenamiento autónomo conectado directamente a red, esperamos que se pueda dar un impulso a las tecnologías de almacenamiento de medio plazo.

Pero para acercarnos a los objetivos de 2030 hay que poner ya encima de la mesa un instrumento que permita asumir los riesgos de tramitación, de ingresos, de punto de acceso a red… y a ser posible, tratarlos de manera conjunta para cumplir los plazos exigidos en unos y en otros.

 

RE: Es innegable que el crecimiento de las renovables no va a poder avanzar sin la compañía de los sistemas de almacenamiento. ¿Cómo deberá gestionarse entonces dicha necesidad en España?

RG: Dada la configuración actual de las directivas y reglamentos europeos, tenemos, de manera simplificada, 4 posibles vías de desarrollo del almacenamiento. La primera es la que actualmente más se está desarrollando, junto a instalaciones de autoconsumo. Es un almacenamiento detrás del contador que almacena solamente la energía producida por las instalaciones fotovoltaica (podrían ser otras renovables), debido a las restricciones de ayudas de estado.

La segunda es la incorporada en la 3ª subasta del REER, estableciendo un cupo con la obligación de almacenar una determinada cantidad de energía que, al igual que antes, solo puede ser la producida por la instalación para ser compatible con las ayudas de estado.

La tercera vía corresponde con la puntuación adicional en concursos diversos por contar con instalaciones de almacenamiento de energía, tal y como se prevé en los concursos de capacidad de acceso y en las de repotenciación de instalaciones eólicas y minihirdáulicas.

La cuarta es la más complicada de las que ha puesto en marcha el Ministerio para la Transición Ecológica, que corresponde con la petición a la Unión Europea de otorgar ayudas a proyectos de almacenamiento de energía conectados directamente a la red, de modo que pueda establecerse un mecanismo de remuneración al almacenamiento autónomo. Y fuera de estas 4 vías de ayudas, se abre todo un abanico de combinaciones de instalaciones de almacenamiento hibridadas con generación, mercados de capacidad, arbitraje de energía, servicios de respuesta de la demanda, servicios de respuesta rápida al sistema… que, combinados, podrían generar ingresos suficientes para rentabilizar una inversión, pero con escasa certeza sobre su cuantía futura conjunta.

Por lo tanto, a corto plazo, la apuesta por autoconsumo debería centrarse en instalaciones con baterías y las futuras subastas del REER deberían incorporar cupos para instalaciones con almacenamiento de energía necesario o requerido. Y pensando más allá de las ayudas del PRTR para los primeros proyectos hibridados y autónomos, y las líneas de ayuda a las islas, hay que definir un esquema apropiado para el almacenamiento que acote los riesgos de tramitación y de ingresos necesarios para el desarrollo de almacenamiento de media y larga duración.

RE: ¿Cuáles son las tecnologías de almacenamiento que tienen más oportunidad en España ahora mismo?

RG: La oportunidad es de todas las tecnologías de almacenamiento, porque cada una de ellas tiene unas capacidades y unos servicios que ofrece de manera más eficiente. Ahora bien, sin duda, por su versatilidad, las baterías electroquímicas tienen una relación favorable entre el riesgo de tramitación, el coste de la inversión (permiten escalas pequeñas), los plazos de construcción y la complejidad tecnológica, con el hándicap de la rentabilidad esperada en escenarios racionales sin escasez de gas. Eso sí, es una tecnología que, actualmente, tiene una alta dependencia de países externos a la Unión Europea, cosa que no ocurre con un bombeo o con un almacenamiento térmico de sales fundidas, hormigón, rocas…

RE: ¿Cómo reducir la dependencia de mercados asiáticos, por ejemplo, con el tema de las baterías?

RG: La Unión Europea ya está trabajando en ello con programas de ayuda al desarrollo de fábricas de baterías, ligadas fundamentalmente a las necesidades de la industria del automóvil, lo que traccionará el desarrollo también de fábricas para almacenamiento estacionario.

Habrá que estar atentos para ver hasta qué nivel se profundiza en esta reducción de dependencia, si se llega a la materia prima y a las células o nos conformamos con que se haga una integración de esos componentes en Europa. Desde Asealen lo que entendemos es que, al menos para el almacenamiento en el sector eléctrico y en el sector industrial (calor y frío), la mejor medida para reducir la dependencia es aprovechar todas las tecnologías disponibles y configurar un mix de recursos que nos posicione con una ventaja competitiva como la que ahora tenemos con las regasificadoras. Desarrollar bombeos dado nuestro gran potencial. Desarrollar almacenamiento térmico dado nuestro liderazgo tecnológico. Desarrollar baterías dado nuestra industria automotriz y nuestro potencial fotovoltaico.

Gracias a esta componente estratégica que tenemos actualmente en nuestro mix con los bombeos (incluyendo los de Portugal) y las centrales termosolares existentes, no nos hemos visto con las urgencias de otros sistemas para incorporar nuevas instalaciones de almacenamiento. Pero estamos a punto de agotar las capacidades de estos recursos, derivando en vertidos de energía renovable de forma cada vez más recurrente.

RE: ¿Qué barreras o desafíos está encontrando el almacenamiento?

RG: Además de lo comentado anteriormente, quedan algunos aspectos regulatorios para permitir la total participación en mercados y servicios, reducir la incertidumbre en tramitaciones, el gran desafío de los plazos de tramitación y su encaje con los plazos de concursos y subastas para acceso a red y regímenes económicos… Y hay una barrera conceptual importante a nivel de la Unión Europea, donde se ha entendido el almacenamiento como un mero instrumento que aporta flexibilidad al sistema y seguridad de suministro de manera más o menos puntual.

Se suele poner como ejemplo de esto el desarrollo del almacenamiento de Reino Unido para los servicios de respuesta rápida, pero nosotros entendemos que el almacenamiento de energía es todo eso, por supuesto, pero además es un elemento imprescindible para sustituir grandes cantidades de energía eléctrica que hoy son producidas por carbón, gas y energía nuclear.

Es como si el almacenamiento de energía fuera un barniz que se pone en una mesa rugosa, cuando, además, puede ser también un tablón completo de la mesa, con su bastidor y su pie al suelo para incrementar la capacidad de la mesa. El almacenamiento hoy no son solo baterías, es también bombeo, almacenamiento térmico, aire líquido, aire comprimido y, pensando en la década de 2040, será también hidrógeno y sus derivados sintéticos.

 

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