El mercado latinoamericano de almacenamiento de energía se encamina a un fuerte crecimiento en la próxima década. Según el informe Latin America Energy Storage Outlook 2025 de Wood Mackenzie, la región registrará una tasa de crecimiento anual compuesta del 8% hasta 2034, alcanzando un total de 23 GW instalados.

Chile aparece como el líder indiscutible en la instalación de capacidad de almacenamiento, seguido por México y República Dominicana. “Las políticas regulatorias de Chile han posicionado al país como el más avanzado en almacenamiento de energía, representando casi la mitad de la capacidad total de la región para 2034”, explicó Pamela Morales, analista de investigación de Wood Mackenzie.

Aunque México cuenta con un gran potencial para expandir este mercado, aún enfrenta barreras regulatorias que limitan su desarrollo. En contraste, República Dominicana ha sorprendido con un crecimiento acelerado en este sector.

Utilidades, C&I y nuevas tendencias

De acuerdo con el estudio, el segmento de servicios públicos dominará el mercado regional durante el período de pronóstico. En Centroamérica y el Caribe, los proyectos independientes están fortaleciendo la estabilidad de la red, mientras que en México y Sudamérica la alta penetración solar impulsa soluciones híbridas que combinan almacenamiento con generación fotovoltaica.

El sector comercial e industrial (C&I) también se perfila con potencial, especialmente hacia mediados de la década de 2030, cuando varios países de la región podrían adoptar modelos de despliegue en ese segmento.

Factores impulsores y desafíos

Entre los principales impulsores identificados por Wood Mackenzie destacan los objetivos de energías renovables y el aumento de restricciones en el suministro eléctrico, que están incentivando la implementación de sistemas de almacenamiento. Asimismo, las licitaciones regionales se han mostrado eficaces para promover este mercado, mientras que las limitaciones de red asociadas a una mayor penetración renovable refuerzan la necesidad de soluciones BESS.

No obstante, el informe advierte que persisten retos importantes. “El despliegue de BESS se estanca sin marcos regulatorios integrales de almacenamiento, modelos operativos y mecanismos de remuneración para cada segmento del mercado”, señaló Morales. A ello se suman los costos iniciales, que siguen siendo una barrera en algunos países, así como limitaciones de infraestructura que, aunque representan desafíos, también abren oportunidades para nuevas inversiones.

“El mercado latinoamericano aún necesita encontrar un equilibrio entre políticas e incentivos para seguir creciendo. El éxito a largo plazo depende del desarrollo de marcos regulatorios integrales y de la reducción de las barreras de implementación en todos los segmentos del mercado”, concluyó Morales.