Más y más personas en el mundo están demandando opciones de movilidad más amigables con el medioambiente y la pandemia precisamente ha acelerado esta tendencia. Es curioso cómo en Latinoamérica hasta hace unos meses empezamos a dar los primeros pasos hacia la electromovilidad, construyendo esos cimientos para que pase de ser un ideal a una realidad. Si bien es cierto que la llegada de la electromovilidad plantea desafíos a la planificación y movilidad urbana, como el aumento de la demanda por infraestructura para la carga, costos, manufactura, definitivamente es hora de hablar de una democratización de este modelo para que más personas entiendan que existen opciones más amigables para movernos en las ciudades.
Entonces, ¿qué necesitamos para democratizar la electromovilidad? Lo primero es entender quiénes hacemos parte de este ecosistema y la respuesta más sencilla y directa es que somos todos. Gobiernos para poder desarrollar las políticas necesarias, empresas de energía que son los encargados de dar su expertise para la infraestructura eléctrica, empresas de movilidad para introducir los modelos de negocio, empresas de la industria automotriz, conductores, y usuarios. La buena noticia es que el interés ha venido creciendo en los últimos años. Evidencia de esto es el mercado mexicano, plaza donde tenemos nuestro primer servicio de movilidad eléctrica Beat Tesla, que desde octubre de 2020, se encuentra en funcionamiento en la Ciudad de México. Si comparamos cifras de la AMDA (Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores) encontramos que el primer bimestre de 2021 se vendieron en el país 5,822 autos eléctricos e híbridos, 18.7 por ciento más que lo reportado en el mismo lapso del año pasado, y de esa cantidad fueron 100 eléctricos.
Precisamente ese incremento hace entender que las personas quieren moverse hacia una movilidad más “verde” y de aquí sale la siguiente pregunta, ¿qué rol tenemos las empresas de ride hailing? Sencillo. Debemos ser los facilitadores de ese servicio en las ciudades donde operamos. Tenemos una gran responsabilidad no solo con la movilidad urbana como tal pero con nuestros usuarios también (conductores y pasajeros) de poder presentar alternativas que vayan en sintonía con el futuro del planeta para que el día de mañana más y más personas conozcan que existen formas más amigables para moverse por las ciudades.
Esta apuesta por la electromovilidad es definitivamente un trabajo en equipo, en conjunto con todos esos actores descritos anteriormente que hacen parte del ecosistema para que podamos decir con autoridad que democratizar la electromovilidad pasa a ser un objetivo a una realidad.
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