Gobiernos, organizaciones internacionales, grupos de expertos y en general las industrias cada vez más enfatizan en la importancia del hidrogeno hacia un sector energético de cero emisiones. Cada vez más escenarios de acción climática posicionan al hidrógeno como una de las grandes promesas para acelerar la transición energética y el desarrollo sostenible. Y es que el hidrógeno es un vector energético clave para afrontar varios de los desafíos de la humanidad; reducir emisiones de gases de efecto invernadero, garantizar la seguridad alimentaria y generar oportunidades económicas en medio de altas tensiones geopolíticas y la recuperación post pandemia.
Ante la gran oportunidad que representa el hidrógeno, los gobiernos han avanzado en estrategias nacionales para establecer planes de acción que permitan el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno y extender las ventajas sociales y económicas de este vector energético.
Las organizaciones internacionales y grupos de expertos también han venido configurando una agenda para el despliegue del hidrógeno en todo tipo de economías, focalizando sus esfuerzos en la comprensión de la cadena de valor global del hidrógeno, la identificación del potencial de los países y en la delimitación de las oportunidades de uso. Estos aportes han sido determinantes en las decisiones de inversión de las empresas en proyectos de hidrógeno; en primer lugar porque las señales de los gobiernos apuntan hacia un mercado que crecerá entre 6 y 8 veces al 2050, adicionalmente la identificación de potenciales de los países han permitido que las empresas comiencen a localizar sus inversiones en lugares estratégicos para la producción de hidrógeno y a desarrollar agendas conjuntas entre importadores y exportadores.
La cooperación entre países ha sido especialmente relevante desde el punto de vista de compartir aprendizajes y desarrollar casos de negocio alrededor del hidrógeno, también ha sido clave para profundizar sobre los usos y los desafíos asociados a la demanda. En el marco de la cooperación, es importante no perder de vista las dinámicas de este nuevo mercado en cada geografía, ahondar en las cadenas productivas que se crearán en las regiones, así como desarrollar mecanismos de impulso que atiendan las realidades de los países.
Mientras la producción industrial en economías avanzadas se proyecta estable en los próximos años, se espera que la producción de acero, aluminio y productos químicos, aumente en países en desarrollo al igual que la construcción de nuevos centros logísticos y puertos. En este contexto, la oportunidad para países como Colombia trasciende la producción y exportación de hidrógeno, alcanza derivados y producción de combustibles sintéticos para el transporte, hasta la fabricación de productos intermedios y finales con atributos verdes. El despliegue del hidrógeno para estas aplicaciones se encuentra en diferentes etapas de comercialización y sus beneficios dependerán del proceso industrial, disponibilidad tecnológica y demás opciones de descarbonización disponibles.
Esta apuesta por la demanda también es estratégica para atraer inversión y financiamiento sostenible, uno de los asuntos más críticos para el despliegue del sector. En esta etapa, las inversiones en proyectos de hidrógeno tienen diferentes riesgos asociados, especialmente de mercado y una forma de reducir el riesgo es desarrollar la demanda en sectores ya existentes con oportunidades de crecimiento en la medida que su producción sea limpia. Es importante que, desde el sector del hidrógeno, se llegue a las demás industrias con propuestas de descarbonización para consolidar la demanda.
En Colombia, la Cámara de hidrógeno ANDI NATURGAS se ha encargado de fortalecer esta dinámica. Más de 40 empresas a lo largo de toda la cadena de valor del hidrógeno hacen parte de la Cámara e interactúan con más de 30 sectores de la economía, llevando soluciones a industrias de difícil abatimiento y desarrollando nuevas cadenas productivas alrededor de este vector energético.
Como parte de esta estrategia, también se ha venido fortaleciendo el ecosistema de innovación del hidrógeno en Colombia en el cuál el gobierno, el sector productivo, la academia y entidades de cooperación internacional ha confluido, para buscar soluciones innovadoras a los retos de demanda, desarrollar y fortalecer las capacidades locales y acelerar proyectos para el próximo año.
La verdadera apuesta es materializar las oportunidades sociales y económicas mediante el desarrollo tecnológico y la innovación que apunte a la descarbonización de la economía, la generación de nuevos empleos de calidad, el desarrollo de encadenamientos productivos y la potencialización de nuevas ventajas competitivas como la producción verde.
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