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Mario Gómez, presidente de TCI GECOMP

Hidrógeno transparente


La historia, a veces, sirve para determinar el rumbo de una civilización, a largo plazo. El manejo de datos objetivos muestra líneas de tendencia, a veces modificadas por grandes eventos como una pandemia o una guerra sin sentido, pero que inexorablemente apuntan hacia las continuas nuevas realidades. Esta información siempre está y siempre estuvo, al igual que siempre hubo negaciones de la realidad, por decisiones en términos de mantenimiento del poder vigente. 

El planeta ha soportado nuestra presencia y nuestra forma de actuar 300.000 años, pero con 7.000 millones de habitantes con un sistema consumista basado en las energías provenientes de fuentes fósiles, con una economía lineal ineficiente y derrochadora, la exponencialidad de los efectos adversos sobre el medio ambiente son inasumibles para nuestra subsistencia.

Las negaciones son siempre temporales y tienden a amortizar los sistemas previamente instaurados, siendo tan graves como el de el calentamiento global, los efectos de las deforestaciones, la contaminación de la tierra, el aire y los mares, la negación por décadas a la posibilidad de uso de energías renovables, del uso del coche eléctrico, de la necesidad del reciclaje, la degradación de ecosistemas, negación del necesario cambio de sistema de consumo alimenticio y tantos otros sinsentidos. La negación nos ha colocado en una situación muy difícil de remontar.

El uso del Hidrógeno ha sido otras de las negaciones de nuestra sociedad, en nuestro comportamiento de plaga que, como la cigarra, agota los recursos fáciles sin pensar en próximo invierno.

La implantación de economía del hidrógeno verde está lastrada por el retraso de 50 años en la implantación masiva de las energías renovables que hoy tienen un peso alrededor del 12% en la matriz energética, contra mas de un 80% de las provenientes de los recursos fósiles. Hoy con unos 3.000 GW instalados en energías renovables para poder minimizar el uso de combustibles fósiles y cambiarlos por hidrógeno verde sería necesario multiplicar por dos dígitos el uso de energías limpias.

Para conseguir cambiar nuestra matriz energética, son necesarias no solo unas inversiones enormes y largo tiempo, si no que nos enfrentamos a dificultades en la obtención de materias primas, gigantescas superficies y un empleo enorme de recursos fósiles para la construcción de estos sistemas de energías renovables.

Pero la realidad es que la industria del hidrógeno verde está comenzando a crecer y la cantidad de personas, instituciones y empresas que se han introducido en este nuevo mundo está creciendo de forma explosiva y están por llegar mejoras en la eficiencia, nuevas formas de generar hidrógeno y sus derivados que aumentarán su disponibilidad en el mercado, rebajando mucho la teórica cantidad de energía necesaria para su obtención.

Intentar cambiar un combustible por otro sin mas, nos puede llevar a una derrota. El modelo de consumo actual está basado en el derroche motivado por disponer de unos combustibles relativamente baratos. La implantación de la economía del hidrógeno nos traerá un beneficio paralelo inmenso ya que, para poder descarbonizar la economía, tendremos que aprender a ser eficientes.

Actualmente el hidrógeno gris se emplea en su mayor parte en la obtención de fertilizantes y refino del petróleo. A modo de ejemplo, actuando sobre el sistema productivo de alimentos donde existe mala gestión en cuanto a sobre fertilización, con cultivos ineficientes destinados en una gran parte a dar alimento a animales que luego utilizamos en nuestra alimentación y que además provoca una acelerada deforestación del planeta por falta de terrenos de cultivo, podremos emplear el hidrógeno para otros usos.

La economía del hidrógeno por tanto trae aparejada la implementación de toda la tecnología de análisis de datos y control, Smart Energy, junto con el cambio de economía lineal a una economía circular que colabore en la descentralización de la producción, la optimización de los recursos y la creación de riquezas paralelas derivadas de la simbiosis industrial que puede generar.

De la necesidad nace la creatividad y hay mucho margen para los emprendedores de la imaginación, solo debemos transparentar cual es nuestra situación y qué estamos, dispuestos como sociedad, permitirnos cambiar, aunque esto nos saque de nuestra zona de confort.

El ciclo energía, hidrógeno, agua y alimentos, con altos estándares de compromiso con el medio ambiente será una de las principales soluciones a nuestro futuro, atacando varios desafíos de nuestro tiempo. Polígonos energéticos basados en generación distribuida renovable tanto para generar nuevas fuentes de agua, generación de hidrógeno como consumible en procesos químicos y como vector energético para usos donde no se pueda electrificar directamente. El uso de los subproductos de estos polígonos, en un círculo creciente de riqueza eficiente, marca un nuevo modelo de producción maravilloso que nos pueden marcar el camino de la remediación de nuestro planeta.

El hidrógeno transparente es aquel que presenta una real respuesta a tiempo a los desafíos que enfrenta la humanidad, y estos desafíos tienen que ser tratados con las mayores y ambiciosas miras, aún estamos a tiempo.

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