Un sector que multiplica su tamaño por cuatro en veintiséis años podríamos decir que ha tenido un buen crecimiento. Sería un crecimiento anual del 6%, nada desdeñable. Sin embargo, un sector que multiplica su tamaño por veintiséis en cuatro años, podríamos decir que ha tenido un crecimiento exorbitado. El autoconsumo ha tenido ese crecimiento.
El sector ha experimentado grandes tensiones, tanto en la cadena de suministro como en la falta de profesionales formados, pero ha reaccionado de una manera notable y hoy vamos, a velocidad de crucero, a cumplir y superar los objetivos marcados en la Hoja de Ruta del Autoconsumo. A 31 de diciembre de 2022, contábamos ya con más de 5.200 MW. El objetivo del escenario tendencial es contar con 9.000 MW para 2030.
Este crecimiento, que dibujado en la gráfica nos recuerda a una exponencial, no es sostenible. Algunas de las circunstancias que han conformado la tormenta perfecta de crecimiento, desaparecerán. Las ayudas o el precio alto del mercado eléctrico han sido circunstancias coyunturales que han empujado, pero se agotarán. Sin embargo, lo que se mantiene es una tecnología fiable, modular y renovable, y la capacidad de conseguir una mayor independencia energética. En España, si contamos lo instalado en 2023, contamos con más de 300.000 viviendas y más de 55.000 instalaciones industriales que no tienen que mirar el periódico con incertidumbre, saben lo que les cuesta la energía y están blindados contra fluctuaciones de precios.
Esos apóstoles de una nueva forma de generar y consumir energía son el mejor marketing que puede tener un sector. Y, poco a poco, la expresión “el país del sol” está cambiando en nuestro imaginario colectivo. Hoy, sol es energía, es electricidad, es un control de los costes energéticos, es, en definitiva, competitividad.
Para los ciudadanos, el autoconsumo es ahorro. Para las empresas es poder fabricar más barato que nuestros vecinos sin que la calidad de nuestro producto se resienta. España es un país privilegiado en cuanto a horas de sol al año, contamos con compañías con gran experiencia en desarrollo de renovables y una red robusta, con un operador habituado a la integración de generación distribuida. Nuestra fortaleza en autoconsumo debería transformarse en un argumento de venta sólido para atraer industria. Aprovechar la atracción del autoconsumo, y de nuestro mix renovable, para industrializar nuestro país debería ser una prioridad estratégica.
Comentarios
Sé el primero en comentar...