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Abelardo Reinoso, Consultor | Senior Advisor-Energía y Redes Eléctricas

La eterna promesa de la transición energética


En el segundo aniversario del lanzamiento del Plan REPowerEU, la Comisión Europea ha publicado un informe destacando los avances en energía renovable. Con casi 96 GW de nueva capacidad solar y 33 GW de eólica desde 2022, Europa está rompiendo récords en la adopción de energías limpias. Además, se ha logrado reducir el consumo de gas natural en un 18%. En España, las renovables contribuyeron con un 64% de la electricidad en el pasado mes de abril.

A pesar de estos logros, la sostenibilidad económica de las energías renovables enfrenta desafíos importantes y pone en entredicho la fiabilidad y viabilidad técnica de los planes energéticos establecidos.

La caída de los precios en el mercado mayorista de la electricidad ha creado una gran incertidumbre en el sector. En los últimos tres meses, el mercado eléctrico español ha experimentado precios horarios a cero euros y, a veces, negativos debido al aumento de la generación hidráulica y la gran aportación de la eólica y solar en determinadas horas del día. El precio medio del mercado diario en abril fue de 13,6 €/MWh, situando la media anual en 37 €/MWh.

Esta situación ha generado una intensa competencia entre los generadores de energía con el fin de no quedarse fuera del mercado, afectando la rentabilidad de muchas plantas, incluidas algunas nucleares y ciclos combinados, que han preferido detener su producción antes que operar a pérdidas. La transición energética está en la agenda política y económica de muchos países, pero no será efectiva si no se alinean las necesidades de la demanda con la generación eléctrica.

Las condiciones actuales del mercado eléctrico y la caída de la demanda, que se mantiene en niveles de hace dos décadas, están erosionando la viabilidad económica de muchos proyectos de energía renovable. Las empresas y fondos de inversión se encuentran en una encrucijada debido a la baja rentabilidad de los proyectos en operación, que tardan hasta 30 años en amortizarse, y a la dificultad para financiar nuevos desarrollos. Además, la caída de los precios de la electricidad está provocando la interrupción de acuerdos de compra de energía (PPA) a largo plazo, ya que los compradores buscan negociar precios más bajos.

Para enfrentar estos desafíos, es crucial equilibrar la oferta y la demanda de electricidad. Se trata de maximizar la producción de las instalaciones ya conectadas a la red y reducir significativamente sus vertidos implementando medidas que fomenten el desarrollo industrial en zonas con excedentes de generación o el desarrollo de redes eficientes que conecten con nuevas demandas, como ejemplos más inmediatos.

Es muy relevante, además, maximizar la utilización de las redes eléctricas existentes. Con la bajada de demanda eléctrica, no se necesitará de un despliegue masivo o adelantado de nuevas redes. Para ello es necesario modificar el actual modelo de elaboración de planes de inversión, así como dotar a los distribuidores de electricidad de los mecanismos técnicos, económicos y regulatorios necesarios para que actúen como gestores integrales del sistema eléctrico de su responsabilidad. En ese sentido es esencial avanzar en tecnologías de almacenamiento de energía para equilibrar la oferta y la demanda, aportando fiabilidad y estabilidad al sistema eléctrico. También se deben desarrollar mecanismos de flexibilidad y gestión de la demanda que, unidos a la digitalización de las redes, beneficien tanto al consumidor como al generador, reflejando los costes reales de generación-consumo y promoviendo la eficiencia energética.

El interés por tecnologías emergentes como el biometano y el biogás está en aumento. Estas tecnologías no solo diversifican el mix energético, sino que también ofrecen soluciones para la gestión de residuos y la reducción de emisiones, jugando un papel crucial en la evolución energética.

Las políticas públicas son fundamentales para agilizar el despliegue de energías renovables y revitalizar una economía que incremente la demanda energética. Es necesario establecer marcos regulatorios claros y estables que atraigan la inversión privada y promuevan la innovación. Crear un entorno de mercado favorable, junto con incentivos fiscales y financieros, puede catalizar el desarrollo de nuevas tecnologías y proyectos que satisfagan las necesidades de demanda y generación energéticas.

España ha logrado avances notables en la instalación de renovables y la reducción de combustibles fósiles. Sin embargo, el sector energético enfrenta desafíos significativos debido a la volatilidad de los precios y la caída de la rentabilidad. Es crucial que las políticas y reformas continúen evolucionando para asegurar un mercado eléctrico estable, sostenible y rentable. De lo contrario, la transición energética seguirá siendo una promesa incumplida.

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