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David Rau, Gerente General - Flux Solar

Los altos costos de energía son buenos y correctos.


Llevamos meses (en realidad años) con el petróleo, el gas y otros combustibles en alza. Considerando las noticias al respecto del cambio climático y la falta de acción de los gobiernos mundiales, esto debería ser una buena noticia porque hasta el momento vamos sin frenos en dirección de una catástrofe climática, a una escala nunca antes vista. Como ha dicho Greta, hay mucho blabla y cero acción.

 

Pero en la práctica iniciamos las conversaciones de cómo podemos artificialmente frenar el alza y hacer estos combustibles fósiles más económicos. Buscamos nuevas formas de cómo mantener el statu quo. Un juego con el fuego.

 

El cambio climático y la polución de nuestro aire son una realidad que pone en peligro nuestra vida cada día. Para poner en contexto, la pandemia COVID19 causó alrededor de 5.000.000 de muertes desde su inicio. La contaminación del aire, causa 7.000.000 de muertes. Cada año. Uno  de cada ocho muertes en el mundo tiene su causa en la polución del aire. Y si lo vemos a nivel de la biodiversidad terrestre, al día de hoy, perdimos un tercio de las especies y el cambio climático sigue aumentando la presión a los que siguen con nosotros.

 

Pero más importante aún, estamos robando a nuestros hijos y las futuras generaciones. La población del mundo hoy consume los recursos de 1,75 tierras, cerca del doble que podría ser sostenible. De hecho si consideramos sólo países desarrollados hablamos más bien de 2,5 tierras. Sumando que hasta 2050 se proyecta un crecimiento de la población mundial por 25%, el desafío es aún mayor. 

 

Pero podemos estar más tranquilos. Tenemos los vehículos eléctricos, tenemos energía renovable y ya se están haciendo los cambios necesarios. ¿O no? La verdad es mucho más preocupante. Aún considerando todos los avances tecnológicos que ya tenemos a mano, considerando que por ejemplo la energía solar es la fuente más económica para generar energía, si no se generan cambios de fondo a nivel mundial que rompen las estructuras y patrones, en 2050, los combustibles fósiles seguirán dominando la matriz energética. El cambio no vendrá por si solo, tenemos que construir el camino.

 

El actual escenario simplemente nos demuestra nuevamente la gran dependencia que seguimos teniendo de los combustibles fósiles. Vemos su efecto en el valor del petróleo, el gas y también en el mercado eléctrico. Las fluctuaciones demuestran la falta de resiliencia de nuestro sistema frente a eventos como la sequía constante y precios en aumento de los combustibles fósiles.

 

Vemos que todavía no hacemos lo suficiente para apoyar al desarrollo de la eficiencia energética, la electrificación y el uso masivo de las energías renovables. Son justamente estas energías renovables que no solamente generan energía limpia, sino también pueden garantizar un precio bajo y estable a largo plazo.

 

Por supuesto no podemos permitir que muchas familias no puedan, por ejemplo, calefaccionar sus casas por el alto costo de energía. Pero esto se combate con apoyo directo a las personas y familias que lo necesitan, no tratando de mantener bajo el costo de los combustibles que siguen contaminando nuestro planeta y corrompiendo muchas decisiones a nivel mundial.

 

Los combustibles deben y van a seguir subiendo de precio y tenemos que enfrentarlo con menos barreras para las energías renovables y más acción concreta para la definición metas de ahorro energético, innovación e implementación de nuevas tecnologías y un marco legal claro y ambicioso.

 

Es nuestra generación la que debe actuar y como ya mencioné, el cambio no se va a generar solo. Lo tenemos que construir, lo tenemos que pedir y sobre todo, debemos romper el statu quo.

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