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Ursula von der Leyen / Twitter

La industria responde al Plan Industrial Green Deal de Bruselas


Con el objetivo proporcionar un entorno de mayor apoyo para la ampliación de la capacidad de fabricación de la UE para las tecnologías y productos netos cero necesarios para cumplir los ambiciosos objetivos climáticos de Europa, la Comisión Europea presentó el Plan Industrial Green Deal.

Una acción que se suma ahora a las que ya han tomado países como Reino Unido, Canadá y muchos otros también han presentado sus planes de inversión. Sin dejar de lado, por supuesto, a Estados Unidos y su ya tan mencionada Ley de Reducción de la Inflación.

En palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “Europa está decidida a liderar la revolución de las tecnologías limpias. Para nuestras empresas y personas, significa convertir las habilidades en trabajos de calidad y la innovación en producción en masa, gracias a un marco más simple y rápido. Un mejor acceso a la financiación permitirá que nuestras industrias clave de tecnología limpia crezcan rápidamente”.

Tras la presentación del documento, varios sectores compartieron sus posiciones al respecto. Uno de ellos fue SolarPower Europe, que señaló la necesidad de brindar apoyo específicamente a las tecnologías masivas en las que se basan net-zero y la seguridad energética.

Dries Acke, director de Políticas de SolarPower Europe, explicó que “no todas las tecnologías netas cero están en el mismo barco, no en términos de importancia estratégica, o incluso el impacto que están sintiendo por la Ley de Reducción de la Inflación. Además, nos preocupa el marco de tiempo involucrado: las revisiones de ayuda estatal propuestas en virtud de esta Comunicación se aplicarán hasta 2025. EE. UU. está operando en un marco de tiempo de 10 años. Abogábamos por la flexibilidad hasta 2030”.

Por otro lado, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés), acogió con “satisfacción” el anuncio. “Nuestra industria está haciendo malabarismos con enormes desafíos: implementar vías de descarbonización, mientras defiende su competitividad global y asegura empleos y producción industrial en la UE. Necesitamos un liderazgo claro por parte de las instituciones europeas y los estados miembros. Los fabricantes de automóviles europeos mantienen plenamente su compromiso de descarbonizar el transporte por carretera, pero necesitan contar con las condiciones marco adecuadas”, señaló la Asociación a través de un comunicado de prensa.

ACEA también hizo hincapié en que el nuevo Plan deberá proporcionar un marco de inversión sustancial para apoyar las industrias verdes y digitales innovadoras, con una implementación más flexible de las normas sobre ayudas estatales. Además, subrayó que debe haber coherencia estricta entre otras iniciativas políticas de la UE en las áreas de política industrial, descarbonización y autonomía estratégica.

Mientras que EASE, la Asociación Europea para el Almacenamiento de Energía, señaló que la Unión Europea debe dar un reconocimiento justo al papel fundamental que desempeña el almacenamiento de energía en el sistema energético y, por lo tanto, el nuevo Plan ofrece una oportunidad óptima para que la Comisión Europea lo haga. El almacenamiento de energía debe considerarse en el contexto de los objetivos armonizados de capacidad industrial de la Unión Europea para 2030. Esto , dice EASE, cambiaría las reglas del juego y sería una señal de un compromiso político claro

Los fabricantes de electrolizadores también plantaron su posición al respecto. Nel, junto con otras 20 empresas líderes, ya había enviado una carta a la presidenta de la Comisión Europea justo antes de la presentación del Plan. Dicho documento, enfatiza la importancia de garantizar la igualdad de condiciones para los fabricantes europeos y evitar la desindustrialización.

Nel explicó que, aproximadamente 10.000 millones de euros en fondos públicos de la UE se han puesto a disposición de proyectos de hidrógeno renovable, pero parte del dinero se ha destinado a competidores no europeos. Por lo que pidió a los legisladores de la UE que garanticen que el dinero de los contribuyentes respalde el desarrollo de la industria europea de fabricación de electrolizadores y los puestos de trabajo.

Además, extendió la petición a que considere los estándares medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y europeos al desarrollar futuras herramientas de financiación y criterios de precalificación.

Finalmente, el grupo de expertos independiente sobre el cambio climático E3G, señaló que lo que está actualmente sobre la mesa “no llega a ser una estrategia integral de 'economía limpia'. Es demasiado ligero en sectores clave de tecnología limpia de la UE, como la eficiencia energética y el aislamiento, y carece de próximos pasos concretos en palancas como la financiación privada y la política fiscal. En general, también deja de lado la descarbonización de la industria pesada, pasando por alto el potencial de liderazgo en tecnología limpia en la descarbonización de los procesos industriales”.

En un documento, E3G señaló también que el énfasis del Plan en mejorar la apertura comercial para proteger la competitividad de la UE corre el riesgo de dejar en segundo plano la cooperación fundamental para una economía limpia.

“Aumentar la producción de tecnología limpia local de la UE es una gran noticia. Pero producir más baterías o paneles solares es solo un lado de la ecuación. Europa debe estar atenta a la pelota e insistir en la descarbonización de las industrias pesadas como el acero y los productos químicos. La Ley de Industria Net-Zero es un paso en la dirección correcta, pero no llega a ser una estrategia industrial limpia”, dijo Michele Rimini, líder del programa para la transición de la industria y el comercio en E3G.

Ignacio Arroniz Velasco, investigador de Comercio y Clima de E3G señaló además que “el Plan pone demasiado énfasis en la apertura comercial y la competitividad de la UE en el mundo, al tiempo que presiona por más subsidios verdes en casa. Esto puede resultar contraproducente para los países en desarrollo. Para no perder influencia y credibilidad, debería ofrecer más apoyo a terceros países. Deberíamos mirar más allá de la mentalidad de 'comercio más libre' y utilizar herramientas como los créditos verdes a la exportación, la facilitación de inversiones, las transferencias de tecnología o la cooperación industrial”.

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