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Retrasos en las redes eléctricas: El obstáculo silencioso que aumenta la dependencia de los combustibles fósiles


En un informe de la Green Grids Initiative (GGI), en colaboración con la Global Renewables Alliance y la World Association of PPP Units & Professionals (WAPPP), se destaca un hecho fundamental: las redes eléctricas son los "héroes no reconocidos" de la transición energética. Aunque a menudo se pasa por alto, las redes son esenciales para conectar las fuentes de energía renovable con el sistema eléctrico, pero enfrentan un reto significativo. Con más de 3.000 GW de proyectos renovables bloqueados debido a la falta de capacidad en las redes, es urgente impulsar la inversión en infraestructura de redes para desbloquear el futuro de la energía limpia.

El desafío de la inversión en redes eléctricas

La GGI ha lanzado los 10 Principios de Finanzas Climáticas para abordar este desafío y promover la inversión en redes eléctricas. Estos principios proporcionan un marco para que los inversores identifiquen proyectos de redes que sean clave para "ecologizar" el sistema eléctrico, especialmente en economías emergentes y en desarrollo.

Estos principios tienen tres objetivos principales:

  1. Definir qué proyectos de redes califican para financiamiento climático.

  2. Generar confianza para la co-financiación.

  3. Habilitar cambios transformadores en mercados emergentes.

La importancia de las redes eléctricas en la transición energética

No hay transición energética sin transmisión. La actualización y expansión de las redes eléctricas es fundamental para alcanzar el objetivo de emisiones netas cero y cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. Sin una infraestructura adecuada, no podemos conectar nuevas fuentes de energía renovable ni alcanzar nuestras metas climáticas. 

Además, según el informe, se estima que invertir en infraestructura de redes podría reducir los costos globales de la transición energética en casi 3 billones de dólares. Estas inversiones no solo generan retornos económicos, sino que también promueven el comercio y la economía de escala, reduciendo los costos para los consumidores y fomentando el crecimiento económico. Según el Banco Mundial, cada dólar invertido en transmisión regional en África Austral podría generar $21 en beneficios económicos.

 

Ejemplo de alto nivel de simulación de red a escala regional, en el que se visualiza la contribución de las interconexiones al aumento de la capacidad de carbono cero (Fuente: TransitionZero, 2023)

 

Desafíos para la inversión en redes

Apesar de su importancia, las redes eléctricas han sido en gran parte ignoradas por los financiadores, quienes tradicionalmente han dirigido sus recursos hacia proyectos de generación renovable. Las inversiones en redes enfrentan múltiples desafíos, como largos plazos de planificación y permisos, dificultad para asegurar financiamiento concesional, falta de datos de rendimiento, y disrupciones en la cadena de suministro global, lo que genera presiones inflacionarias en los proyectos. En particular, los interconectores requieren armonización regulatoria y extensos estudios de viabilidad.

Además, las redes son infraestructuras complejas que no ofrecen una solución única para los inversores. Los proyectos de redes pueden variar en tamaño y complejidad, desde líneas dedicadas para conectar plantas individuales hasta líneas de transmisión que refuerzan redes interconectadas o conectan subredes aisladas, a nivel nacional o local. Esta variabilidad hace que la clasificación de las redes como "verdes" sea un tema ambiguo y difícil de abordar.

El dilema del consenso: ¿Qué redes son verdes?

La clasificación de las redes eléctricas como "verdes" para acceder a financiamiento climático es un tema complejo. A diferencia de los proyectos de generación, las redes transmiten energía de todas las fuentes de generación conectadas, lo que hace que su impacto ambiental sea más difícil de evaluar. Diferentes instituciones han adoptado enfoques diversos para clasificar las redes, lo que ha creado incertidumbre y barreras para la co-financiación. Sin una clasificación clara y armonizada, los inversores privados enfrentan el riesgo de ser percibidos como responsables de greenwashing o de financiar proyectos que no cumplen con los criterios estrictos para proyectos verdes.

Los 10 principios de finanzas climáticas para redes verdes

Para superar estos obstáculos, los 10 Principios de Finanzas Climáticas propuestos por la GGI tienen como objetivo establecer un marco común que permita identificar proyectos de redes que contribuyan a la descarbonización y a la transición energética. A continuación, se destacan algunos de estos principios clave:

  1. Planificación Sectorial: La planificación nacional debe alinearse con los objetivos climáticos, considerando un horizonte temporal más largo para la evaluación de los proyectos.

  2. Contribución al Sector: La planificación debe coordinar las estrategias de generación y transmisión, con un objetivo claro de reducción de la huella de carbono.

  3. Medición y Verificación: El progreso de los proyectos debe ser medible y verificable para asegurar su impacto positivo en los objetivos climáticos.

  4. Neutralidad de Metodología: Los principios son neutrales en cuanto a la metodología, permitiendo la armonización de enfoques y la facilidad para la co-financiación.

  5. Informes Periódicos: El progreso de los proyectos debe ser informado regularmente, garantizando la transparencia y la rendición de cuentas.

  6. Materialidad: Los indicadores deben ser relevantes y estratégicamente significativos, considerando factores como la resiliencia y la justicia social.

  7. Contribución del Proyecto: Los proyectos deben contribuir positivamente a los objetivos del sector sin perjudicar a otros países.

  8. Medibilidad del Proyecto: El progreso debe ser verificable para cada país conectado y para el sistema en general.

  9. Neutralidad Metodológica: Los principios son flexibles y buscan facilitar el cofinanciamiento de proyectos alineados con el Acuerdo de París.

  10. Informes de Progreso: El progreso debe ser informado anualmente, capturando tanto la evolución sectorial como los avances del proyecto.

Garantizando una transición energética justa

La Transición Justa es un proceso esencial que busca asegurar que el cambio hacia una economía baja en carbono no deje a nadie atrás. Esto implica no solo la reducción de las emisiones de carbono, sino también la creación de condiciones laborales justas, la inclusión social y la participación comunitaria. En este contexto, los principios de financiamiento climático pueden ayudar a integrar indicadores relacionados con la transición justa, asegurando que los beneficios de las inversiones en infraestructura energética se distribuyan de manera equitativa.

Un llamado a la acción

No hay transición energética sin una infraestructura adecuada de redes eléctricas. Las inversiones en redes son esenciales para integrar la energía renovable, garantizar la seguridad energética y lograr los objetivos climáticos. Este informe de la GGI propone un enfoque que permita superar las barreras actuales al financiamiento de redes en regiones intensivas en carbono y contribuir a la aceleración de la transición energética en áreas que más lo necesitan. La adopción de los 10 Principios de Finanzas Climáticas es un paso crucial para avanzar en esta dirección.

El llamado es claro: para que la transición energética sea exitosa, se insta a una colaboración global, confianza entre los actores clave y un compromiso con la justicia social. Es hora de que los inversores y las instituciones se unan para transformar el sector de las redes y asegurar un futuro de energía limpia para todos.

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