El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, solicitó al Congreso la aprobación de medidas destinadas a impulsar el uso de energías y recursos renovables y la eficiencia energética como créditos fiscales para ahorrar en las facturas eléctricas. Biden propuso inversiones fiscales para que las familias puedan comprar vehículos eléctricos e instalar paneles solares, bombas de calor y ventanas más eficientes.

Estas sugerencias las hizo públicas en su cuenta de Twitter (@POTUS) poco después de liderar una conferencia de prensa por el Día Mundial de la Tierra, en la que explicó su Plan de Rescate Económico, que contempla reducir los costos de energía para las familias en al menos USD 500 para combatir el cambio climático. 

Luego de pedir en su conferencia que se proporcionen inversiones y créditos fiscales para climatizar los hogares y negocios “con el fin de que sean energéticamente eficientes y obtengan un crédito fiscal” así como “duplicar la producción de energía limpia de Estados Unidos en energía solar, eólica y mucho más”, el Primer Mandatario recordó que su administración ha “hecho más que establecer objetivos climáticos audaces: hemos actuado para lograrlos”, por medio del despliegue de “la mayor cantidad de almacenamiento solar, eólico y de baterías de nuestra historia” y el acuerdo entre fabricantes y trabajadores automotrices para lograr 50 % de ventas de vehículos eléctricos para 2030.

Estas declaraciones ocurrieron días después de que el Presidente de los Estados Unidos presentó el presupuesto para el año fiscal 2023, en el que se prevé duplicar (en 10.000 MW) los proyectos de desarrollo de energías renovables a gran escala en tierras públicas y crear fondos para ejecutar proyectos de energía limpia, generación distribuida y sistemas aislados de la red. Los planes de Biden, anunciados por el Departamento del Interior (DOI), establecieron la meta de habilitar 25 gigavatios de energía renovable en tierras públicas para 2025 y crear una red eléctrica libre de carbono para 2035. Para esto, el DOI identificó mejoras en las líneas de transmisión de energía en 11 estados del oeste estadounidense y creó una política para ayudar al personal del Departamento a evaluar proyectos eólicos y solares en tierras públicas. 

También se anunció que el Estado otorgó a Minersville Solar Energy LLC los primeros arriendos competitivos de energía solar en Utah, por más de 4800 acres. Una vez la empresa termine su proyecto, estas tierras albergarían 600 megavatios de electricidad.

DOI informó que la Oficina de Administración de Tierras (BLM, por sus siglas en inglés) dijo que -durante 2021- la administración aprobó 10 proyectos solares y dos proyectos geotérmicos (35 % más en comparación con 2020) y aumentó la capacidad en 2,89 gigavatios en terrenos públicos.

¿Qué más se presupuesta en el plan para el venidero año fiscal?

En marzo, cuando presentó la iniciativa de presupuesto para el año fiscal 2023, Biden dispuso fondos a las energías limpias y renovables dentro del país y como apoyo a países en desarrollo. El Presidente pidió USD 48.200 millones en fondos discrecionales para el Departamento de Energía (DOE), cuyas inversiones se harán en fabricación avanzada, infraestructura de red y climatización de hogares de bajos ingresos financiados en la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos. 

También en crear un acelerador de fabricación solar para crear un sector manufacturero nacional capaz de cumplir con los objetivos de implementación solar sin depender de productos importados, el desarrollo de tecnologías innovadoras que aceleran la transición a una economía energética limpia, la inversión de USD 9.200 millones en investigación, desarrollo y demostración de energía y una inversión obligatoria de un mil millones de dólares para la perfección un proyecto de energía limpia global que construiría cadenas de suministro resilientes para equipos climáticos. 

Finalmente, se destinaron más de USD 11 mil millones para promover la promesa histórica del presidente de cuadriplicar el financiamiento climático internacional. La meta de este presupuesto es continuar reduciendo los precios de la energía, lo que “mejoraría la competitividad energética de EE.UU. y su competitividad y lo pondrá en el camino para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre 50 y 52 por ciento para 2030, todo mientras se asegura que al menos el 40 por ciento de los beneficios generales de abordar la crisis climática lleguen a las comunidades desfavorecidas.”