La Asociación Mexicana de Hidrógeno (AMH2), ha dado a conocer su Estrategia Industrial de Hidrógeno Limpio de México 2024, una iniciativa que busca posicionar al país como líder en la producción de hidrógeno verde, un recurso que tiene el potencial de reemplazar a los combustibles fósiles en diversas industrias sin emitir dióxido de carbono. Este combustible limpio es esencial para la descarbonización global y tiene aplicaciones que abarcan desde la industria hasta el transporte.

Potencial de México en hidrógeno verde

La producción de energía eléctrica en México se basa mayormente en tecnologías termoeléctricas (78.8%) e hidroeléctricas (7.7%), mientras que las energías geo-termoeléctrica, eólica y fotovoltaica aportan menos del 1% cada una. En este contexto, el uso potencial de hidrógeno verde y azul, este último mediante la captura de CO2, podría desempeñar un papel significativo en las estrategias de descarbonización del país, promoviendo una matriz energética más sostenible.

Actualmente, México tiene el potencial para sustentar la existencia de 16 proyectos de hidrógeno verde en diferentes etapas de desarrollo que buscan aprovechar esta fuente de energía. Estos proyectos están alineados con la creciente necesidad de reducir las emisiones de carbono y son una respuesta a los compromisos internacionales del país en materia de cambio climático. Sin embargo, el desarrollo de esta industria enfrenta varios retos, como:

• Falta de capacitación técnica: Se requiere formación especializada para los profesionales que trabajarán en esta nueva industria.
  
  
• Inadecuada infraestructura: Es necesario establecer redes de transmisión y gasoductos que faciliten la distribución del hidrógeno.
  
  
• Diferencias de costo: Actualmente, el hidrógeno limpio es más costoso que el hidrógeno gris, lo que desalienta la inversión.
  
  
• Retos sociales y ambientales: Es fundamental evaluar el impacto que puede tener esta industria en las comunidades y el medio ambiente.
  
  
• Uso eficiente de recursos: Se necesita optimizar los procesos de producción para asegurar la sostenibilidad.

Oportunidades en el sector del hidrógeno verde

A pesar de los desafíos mencionados, México también presenta oportunidades significativas para el desarrollo del hidrógeno limpio. El país posee un vasto potencial de energía renovable, especialmente en fuentes como la solar, geotérmica y eólica, lo que podría facilitar la producción de hidrógeno a bajo costo. Además, México podría convertirse en un importante exportador de hidrógeno verde, gracias a su ubicación geográfica y a su capacidad de generar energía renovable en grandes cantidades. La implementación de esta estrategia no solo podría atraer inversiones superiores a 20 mil millones de dólares, sino que también tiene el potencial de generar un considerable número de empleos y reducir la dependencia de combustibles fósiles.

Estados estratégicos para la producción energética

La concentración geográfica de la producción energética en México es alta, ya que más del 50% de la generación actual proviene de solo siete estados: Veracruz (13.4%), Tamaulipas (11.3%), Chihuahua (7.6%), Sonora (6.5%), Baja California (5.2%), Chiapas (5.2%) y Durango (5.1%). Aumentar la contribución del hidrógeno en la producción energética permitiría a otros estados, como Nuevo León, Oaxaca, Guanajuato y Baja California, participar más activamente en la generación de energía limpia a nivel nacional.

Recomendaciones para la implementación de la estrategia

Para garantizar el éxito de la Estrategia Industrial de Hidrógeno Limpio, se presentan las siguientes recomendaciones:

1. Desarrollo de infraestructura:

• Inversión en redes de transmisión y gasoductos: Es fundamental construir la infraestructura necesaria para facilitar el transporte y almacenamiento del hidrógeno.
  
  
• Modernización de instalaciones existentes: Las plantas actuales deben adaptarse para integrar el uso de hidrógeno limpio en sus procesos productivos.

2. Capacitación y formación:

• Programas de capacitación: Se deben implementar cursos y programas de formación especializados para preparar a los profesionales en las tecnologías de hidrógeno.
  
  
• Colaboración con universidades e instituciones de investigación: Fomentar alianzas con el sector educativo para desarrollar currículos adecuados que aborden las necesidades del mercado laboral en esta nueva industria.

3. Marco regulatorio y políticas de incentivos:

• Creación de un marco normativo específico: Establecer regulaciones que promuevan la producción y uso del hidrógeno limpio, así como incentivos fiscales que faciliten la inversión en esta área.
  
  
• Ejemplos de incentivos internacionales: Se pueden considerar las iniciativas de financiamiento de proyectos en Europa y la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleo de EE. UU., que fomentan el desarrollo tecnológico y la transición hacia energías limpias.

4. Coordinación interinstitucional:

• Establecer un comité interinstitucional: Crear un grupo de trabajo que se encargue de la coordinación entre diferentes secretarías y organismos gubernamentales, asegurando que todos los esfuerzos estén alineados con los objetivos de la estrategia.
  
  
• Seguimiento y evaluación: Implementar un esquema de seguimiento que evalúe el avance de los proyectos y ajuste las políticas según sea necesario.

5. Fomento de la cooperación internacional:

• Alianzas estratégicas: Fomentar la cooperación con otros países que ya han avanzado en la industria del hidrógeno, compartiendo experiencias y tecnologías.
• Proyectos de investigación conjuntos: Iniciar proyectos de investigación y desarrollo en colaboración con instituciones extranjeras para acelerar la innovación en el sector.

Con la implementación de la Estrategia Industrial de Hidrógeno Limpio 2024, México tiene la oportunidad de transformarse en un referente mundial en la producción de hidrógeno limpio. Esto no solo ayudará a diversificar la matriz energética del país, sino que también podría generar un impacto positivo en la economía, creando empleos y fomentando el desarrollo sostenible. La adopción de esta estrategia es, por lo tanto, un paso crucial hacia un futuro energético más limpio y sostenible en México.