El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó este miércoles el Plan Nacional de Energía, un ambicioso proyecto diseñado para fortalecer el sector eléctrico mexicano y consolidar la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como el pilar de la soberanía energética del país. Este plan contempla una inversión total de 23.400 millones de dólares para este sexenio, con una distribución estratégica en generación, transmisión y distribución de electricidad.
Durante su intervención en la conferencia matutina, Sheinbaum destacó que la CFE continuará siendo responsable del 54% de la generación eléctrica del país, mientras que el sector privado podrá participar con el 46% restante. Esta política busca equilibrar la participación del Estado y la iniciativa privada, manteniendo la seguridad energética nacional.
Cuatro ejes estratégicos
El Plan Nacional de Energía se articula en torno a cuatro ejes clave, según explicó la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar:
- Fortalecimiento de la planeación del sector eléctrico nacional.
- Avanzar en la justicia energética para llevar electricidad a todos los hogares, especialmente a los más necesitados.
- Garantizar un sistema eléctrico robusto, confiable y seguro para que el país esté preparado ante posibles emergencias y cambios en las fuentes de energía.
- Reglas claras para asegurar e incrementar la inversión privada, especialmente en energías renovables.
A través de estos ejes, el gobierno también buscará transitar hacia una matriz energética más limpia, permitiendo que las empresas privadas contribuyan a la generación de energías renovables y al desarrollo regional.
Inversión y nuevas iniciativas
El plan de inversión de 23.400 millones de dólares se distribuirá de la siguiente forma: 12.300 millones de dólares para la generación de energía con la meta de añadir 13.024 MW al sistema eléctrico nacional, 7.500 millones de dólares para el fortalecimiento de la infraestructura de transmisión, y 3.600 millones de dólares para mejorar la distribución de energía en hogares.
La CFE seguirá siendo el motor de la generación de energía, con énfasis en las energías renovables. Emilia Esther Calleja Alor, directora general de la CFE, reiteró que la CFE garantizará el 54% de la generación eléctrica nacional, apuntando a un crecimiento en la participación de las fuentes limpias.
Además, se implementarán programas de justicia energética como el programa de cocinas limpias, destinado a sustituir el uso de leña en los hogares rurales, y un proyecto para la instalación de paneles fotovoltaicos en el norte del país, comenzando en Mexicali, Baja California.
Transición energética y participación privada
La transición energética será un eje fundamental del nuevo plan, con un enfoque en energía limpia y la colaboración del sector privado. Se estima que, para el 2030, la inversión privada podría generar entre 6.000 y 9.000 MW adicionales de energía renovable. La participación privada en este proceso será regulada para garantizar que cumpla con los principios de justicia social y desarrollo regional.
En palabras de Luz Elena González Escobar, la secretaria de Energía: “La participación privada en la transición energética debe contribuir al desarrollo local, respetando los principios de justicia, legalidad y apoyando a las comunidades propietarias de la tierra.”
Plan de confiabilidad y mantenimiento
El gobierno también presentó un Plan de Confiabilidad para asegurar el buen funcionamiento del Sistema Eléctrico Nacional, lo que implica acciones técnicas, operativas y estratégicas de carácter preventivo. Este plan incluye el programa anual de mantenimiento de las centrales generadoras, la gestión oportuna de los inventarios de combustibles, y la renovación y mantenimiento de los procesos de transición energética para llevar electricidad a cada hogar.
Este enfoque también contempla la creación de un sistema de respaldo para las energías intermitentes y la mejora de la confiabilidad del sistema eléctrico frente a emergencias naturales y otras contingencias. Como parte de este plan, se espera que para el 2030, la demanda de energía a nivel nacional llegue a 64.979 MW de energía limpia, asegurando que el país pueda cumplir con sus objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones de carbono.
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